Ya deberíamos darnos cuenta de la imposibilidad de un evangelio que no evidencie cambios en la vida

Ciertamente no gusta del todo la expresión evangelio social, tiene connotaciones un poco incómodas para todo conservadurismo cristiano. No obstante, no se puede ni se debe reducir el evangelio a una mera abstracción espiritual, pues eso lo deformaría como ha sido la experiencia en muchos casos. Dorothy Bullón en su escrito El Avivamiento que Cambió un País, cita a Juan Wesley quien escribió en el prefacio del primer himnario metodista lo siguiente: El evangelio de Cristo no conoce ninguna religión que no sea social, ninguna santidad que no sea santidad social.
Amigos, ya deberíamos darnos cuenta de la imposibilidad de un evangelio que no evidencie cambios en la vida, que no se acuerde del pobre, que no asista al enfermo, que no ayude al necesitado, que no se conduela de quienes padecen de hambre, un evangelio sin compromiso. Cristo vino para darnos perdón y salvación; pero esta comprensión debe incluir la necesidad de aprender a ser más humanos, más sensibles y más comprometidos. De lo contrario, perderemos el tiempo predicando un evangelio proselitista y de solo números. ¿Eres más humano, más sensible y más comprometido desde que creíste? Por favor, piénselo.
Eduardo Padrón
Pastor, comunicador y escritor
edupadron@gmail.com