(Pastor Tovar – Columnista).-
Gota: «¿Hay para Dios alguna cosa difícil?» (Génesis 18:14a).
Una pregunta retórica y una declaración Divina, junto con el evidente conocimiento de sus pensamientos, llevaron a Sara a darse cuenta con temor de cómo había errado su percepción de cómo operaba Dios.
Cuando vamos o regresamos de viaje por lo general a mí me toca bajar y subir a casa las maletas y/o los paquetes más pesados. En cierta ocasión estábamos regresando de un viaje de vacaciones y me tocó subir las maletas, vivimos en un tercer piso. Ya mi esposa había subido con Luis y con algunas cosas, y cuando ya estoy llegado al apartamento muy cansado con las dos maletas grandes, Luisito baja a toda prisa y me dice: Espera papi voy en tu ayuda, yo soy parte de tu fuerza. Y tomó por un lado una de las maletas hasta llegar a la sala del apartamento. Aquello me dio tanta risa que casi se me caen las maletas.
Hay veces que en nuestra vida luchamos con problemas, dificultades o tentaciones y decimos: ¡No sé qué hacer, no puedo más! Nuestro amado Padre Celestial quiere que pidamos su ayuda, que le digamos: “Oh Señor, no tengo fuerzas, no sé qué hacer, ayúdame por favor”. Él está allí. Para Él no hay ninguna cosa difícil, para Él no hay ningún problema demasiado grande. ¿Cree en eso?
Valor: ¿En estos momentos usted posee algún problema que se le sale de sus manos o que es muy difícil para usted? Le animo para que se lo entregue al Señor. Él puede hacerse cargo de él.
¿Conoce a alguien que esté atravesando por alguna situación difícil? Acérquese a esa persona y ore con ella, tal vez Dios le use a usted en medio de esa necesidad.
Dios le bendiga.