(Forum Libertas/ VyV – WASHINGTON).-
Un estudio con una muestra de más de 500 niños criados por padres del mismo sexo comparados con los de padres biológicos constata la importancia de tener un padre y una madre. Entre las complicaciones detectadas se encuentran: Preocupación, depresión, problemas para relacionarse o incapacidad para concentrarse.
«Los problemas emocionales tienen dos veces más prevalencia en los hijos de padres del mismo sexo que en los que tienen padres de sexos opuestos». Es la afirmación que hace el sociólogo estadounidense Paul Sullins, en un artículo publicado recientemente en la Revita Británica de Educación, Sociedad y Ciencia de Comportamiento (British Journal of Education, Society & Behavioural Science).
El sociólogo llegó a esta conclusión, entre otras, tras llevar a cabo una investigación que pone en cuestión la adopción homosexual. Un estudio que los defensores del matrimonio y adopción gay no pueden ignorar porque se basa en una muestra mucho mayor que en cualquier estudio previo.
En ‘Problemas emocionales entre los niños con padres del mismo sexo: Diferencia por definición’ (‘Emotional Problems among Children with Same-Sex Parents: Difference by Definition’), Sullins tomó a 512 jóvenes con padres del mismo sexo, sacados del National Health Interview Survey, y los comparó con los hijos de padres biológicos de la misma muestra.
Según informa el Observatorio de Bioética, Sullins analizó en esa comparativa hasta doce índices de problemas emocionales y de desarrollo, entre los que cabe resaltar, entre otros, el mal comportamiento, preocupación, depresión, una pobre relación con sus coetáneos e incapacidad para concentrarse.
Mejor con un padre y una madre
Tras examinar los números, Sullins encontró que los padres de sexo opuesto proporcionaban un mejor ambiente a sus hijos. «La paternidad biológica marca de modo único y poderoso la diferencia entre los resultados de los chicos con padres de sexo opuesto y aquellos de familias homoparentales».
Hasta hace poco, casi todos los estudios sobre la paternidad del mismo sexo se basaban en muestras bastante pequeñas. En una revisión de 49 de estas investigaciones en 2010, un experto encontró que el tamaño medio de la muestra era solo 39 hijos. Solamente cuatro de estos estudios se habían hecho con muestras tomadas aleatoriamente; en los otros la selección se había hecho conectando con grupos de gais y lesbianas.
En 2012, una ambiciosa investigación desarrollada por Mark Regnerus, de la Universidad de Texas, identificó, de entre 2.988 casos, únicamente a 39 adultos jóvenes que habían vivido con una pareja del mismo sexo por más de tres años.
En cualquier caso, el número de hijos criados por parejas del mismo sexo es tan pequeño -constituyen el 0,005% de las familias estadounidenses con hijos-, que dar con ellas en una muestra al azar es tremendamente dificultoso. Es por ello que el estudio de Sullins con una muestra de 512 jóvenes, a pesar de ser relativamente pequeña, signifique una contribución relevante.
No es una cuestión de estigmatización
Para rebatir las tesis del sociólogo, los defensores de la paternidad homoparental atribuyen el menor bienestar emocional de estos a la estigmatización. A estos chicos se les singulariza, se les acosa, y sufren burlas. Si sus compañeros fueran menos homófobos, las cosas serían diferentes, argumentan.
Pero Sullins lo descarta. En otro artículo, publicado en 2014 en la misma revista y basado en los mismos datos, Sullins encontró que los hijos de parejas del mismo sexo corren mayor riesgo de padecer Desorden de Hiperactividad y Déficit de Atención (DHDA). Y si tenían DHDA, eran siete veces más proclives a sufrir estigmatización debido a que sus habilidades para manejar las relaciones interpersonales estaban dañadas.
En otras palabras, que si los chicos procedentes de hogares homoparentales son acosados con mayor frecuencia, es porque carecen de habilidades interpersonales, no solo porque hayan sido criados por parejas de gays o lesbianas.
El acoso es perjudicial, pero es importante averiguar si los chicos están siendo acosados porque son diferentes o porque sus padres son diferentes.
Las implicaciones del estudio
Ante todo este escenario, ¿cuáles son las implicaciones del estudio de Sullins? No se trata de que todos los chicos de hogares homoparentales estén emocionalmente afectados. Sullins es bastante claro sobre esto. «La mayoría de los chicos en la mayoría de las familias alcanzan un nivel de funcionamiento psicosocial que no se caracteriza por serios problemas emocionales».