Fernando Araujo
Aritculista
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Honra a padre y madre
Cuando nuestros niños (hijos, nietos, bisnietos, etc.) son pequeños todo marcha bien, pero cuando crecen y comienzan a perder el rumbo, las cosas se complican (como dice el dicho popular: ‘hijo pequeño problema pequeño, hijo grande problema grande’), pero gracias demos a Dios porque tenemos su Palabra que nos ayuda en estos momentos.Si algún verso bíblico debemos enseñar a nuestros hijos se encuentra en Efesios 6:2-3 que dice así: «Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra».Vemos cómo Pablo apoya su exhortación en el quinto mandamiento del Decálogo que esta en Exodo 20:12; pero le agrega «que es el primer mandamiento con promesa». Esto ha dado lugar a muchas discusiones ya que en este mismo Decálogo en el primer mandamiento también hay una promesa, (Éxodo 20:6). Y por otra parte, en el resto del Decálogo no hay otro mandamiento con promesa. Sin embargo, Pablo lo que quiere decir no es que sea el primero, sino que es primordial (ver Lv. 19:3a; Mt. 23:23), expresan en primera línea que son mandamientos de importancia primordial. Pero lo importante es que a los padres debemos honrar, que significa darle alta estima, obedecerles, no avergonzarlos, amarlos, respetarlos, sustentarlos, etc. ¿Para qué?, nos lo responde el verso siguiente: «para que prosperes en todo lo que hagas y vivas muchos años».Es ahí donde está el secreto para que nuestros hijos en el futuro cuando sean mayores logren sus objetivos personales y profesionales, y tengan larga vida para ver a sus descendientes hasta la cuarta y quinta generación.Una promesa de esta clase tiene, como es obvio, una importancia primordial para un cristiano verdadero; es decir, para la persona que haya experimentado el nuevo nacimiento en Cristo Jesús.