(Bibliatodo.com – Verdad y Vida).-
El norteamericano Jerron Herman, de 26 años, nació con parálisis cerebral, un trastorno que podría evitarle vivir sus sueños en el mundo de las artes. Sin embargo, la fe en Jesucristo permitió que el joven alcanzara lo imposible. Debido a la parálisis, Jerron no tiene un dominio completo de la parte izquierda de su cuerpo.
Herman no siempre quiso ser bailarín, «soy un amante del teatro y un escritor ante todo», explicó. «quería ser alguien que contara una historia. Quería escribir obras de teatro para Broadway y también escribir para televisión, ese era mi sueño», aseguró. Pero durante la universidad, descubrió su talento para el baile. «Creo que realmente nunca decidí que quería ser un bailarín, fue una serie de invitaciones a presentarme que me empujaron a hacer de ello una carrera», dijo en entrevistas.
La primera llamada se produjo por el coreógrafo Sean Curran, quien se reunió con Herman mientras trabajaba como aprendiz en el teatro New Victory en Nueva York, EE. UU. Curran estaba dictando una serie de taller de baile y Jerron asistió como su asistente, pero Curran no necesitaba un asistente, él quería más bailarines, así que Herman se inscribió en el taller, donde le creció el gusto y el amor por esta forma de arte.
Mientras terminaba la universidad, Herman se unió a Heidi Latsky Dance Company, donde actualmente trabaja como bailarín a tiempo completo.
El bailarín reveló que su fe ha jugado un papel importante en la realización de sus actividades profesionales y alcance de metas. También le ha dado una visión clara que le ha permitido percibir su condición como una de sus más grandes fortalezas.
«Crecí en un hogar cristiano, donde me enseñaron que Dios es el autor de todo en nuestras vidas, que mi parálisis fue permitida por el Señor y que mi discapacidad no es un defecto, es una habilidad», aseguró Jerron.
«Mientras tanto, mi fe continuó creciendo,» explicó Herman. «Estoy más en sintonía con la idea de que la discapacidad es mi declaración diaria, que es lo que me conecta con diferentes personas y comunidades. Es probablemente la herramienta más grande que tengo para predicar el Evangelio, y también para defender el amor de Dios y lo que Él tiene para todo el mundo».
Herman creció creyendo en el principio bíblico que dice: «Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados» (Romanos 8:28). Cuando se trataba de su parálisis cerebral, nunca dudó de que Dios lo usaría para su gloria.
El bailarín dijo que vivir con parálisis cerebral es toda una experiencia y que ella viene acompañada de dolores frecuentes y espasmos musculares, pero que para él vale la pena y la llama «el efecto residual que no se ve», ya que la considera una plataforma para conectarse con otras personas.
Explicó también que su trabajo como bailarín depende de lo que muchos presumen como un defecto y que por eso la gente lo ve como algo extraordinario. «Las personas no saben esperar la excelencia de las cosas normales u ordinarias… les falta creatividad», dijo. «Me di cuenta de que las personas se hunden en la autocompasión. Me gustaría crear un trabajo que genere una reflexión, y también estimule» la creatividad, aseguró.
La industria del arte
La Compañía de baile Heidi Latsky es una de las mejores compañías internacionales que integran a personas con discapacidades. Herman se inscribió en el año 2011 y desde ese momento ha brillado, no solo por quien es, sino por su desarrollo como bailarín profesional.
Herman aseguró que una de sus mayores metas es cambiar el estatus de «superficial» en que los cristianos que están en la industria de las artes son percibidos. Como escritos y coreógrafo, esto significa que tiene que esforzarse por hacer las cosas en excelencia y contar historias que los lleven a creer en la verdad.
«En el mundo de las artes las personas pueden entender lo que es la opresión y la injusticia social, es decir los temas que están afectando a la sociedad», explicó. «Y esto es lo que les hace olvidarse de la pieza más importante en el rompecabezas, que es, dejar a un lado la ira y simplemente no dañar a otros», continuó.
Él cree con firmeza que solo la fe en Cristo puede hacerte sentir pleno y conocer la verdad para que las emociones y frustraciones de las personas tengan un propósito real, al tiempo que les brinda esperanza, una visión de cómo las cosas pueden mejorar.
Una pasión por Dios
Ya sea bailando o simplemente teniendo una conversación, la pasión de Jerron por la vida es contagiosa. A pesar de los obstáculos que él ha enfrentado para llegar a donde hoy está, sabe por experiencia que Dios siempre es fiel.
«Creer y confiar en Dios ha sido el emblema de mi vida», recalcó. «Yo sé que las personas pasan por momentos difíciles, miedos y se encuentran con grandes barreras, pero también sé que hay un verdadero Dios, a quien le importa tu vida, tu corazón y las cosas que deseas alcanzar, tus anhelos. No creas tampoco que el Señor es como un mago, porque no lo es, pero Él te escoge, te da un propósito que se convierte en el mapa que necesitas seguir para tener una vida plena en Cristo», concluyó Jerron Herman.
Este bailarín entiende que Dios tiene un propósito con cada personas, y ha hecho de su condición física una herramienta para ayudar a otras personas a superar cualquier obstáculo a través del amor y poder de Dios.◄