(Agencias – Verdad y Vida).-
Kyle Snyder ha tenido una carrera exitosa desde sus inicios en la lucha libre cuando tan solo era un jovencito. Pero a pesar de su trayectoria, nada podría prepararlo para la presión que enfrentaría en la universidad cuando le tocara pelear con otros grandes competidores del mundo… bueno, nada excepto por su fe en Jesucristo.
Desde pequeño Kyle ha creído en Dios. Recordó que junto a su familia asistían a la Iglesia católica de la comunidad de vez en cuando y hasta estudió en un colegio con bases en la fe sus primeros tres años. «Pero la verdad nunca tuve una verdadera relación con Jesucristo o jamás lo reconocí verdaderamente en mi corazón como mi Señor y Salvador», dijo.
«El proceso comenzó en mi último año de secundaria en Colorado Springs en el 2014. Allí fue que comencé a aprender más sobre Jesús. Fue un proceso de dos años para aprender más de Él y santificarme, de finalmente aceptar al Señor y quien Él es», agregó.
Kyle siempre fue muy competitivo, de allí que amara la lucha libre. Como cristiano tuvo que aprender a ser transformado por el Señor y encontrar un balance entre ser competitivo y destructivo.
«Mientras más aprendía acerca del Señor y más leía las Sagradas Escrituras, más fácil se me hacía aplicar lo que Dios me decía en las competencias. Cristo ha puesto amor por la lucha libre en mi corazón para que pueda glorificarle con mis palabras y acciones», aseguró.
La fe, el pilar de su vida
Snyder aseguró que su fe en Jesús le ha ayudado a calmarse en los momentos en los que enfrenta grandes situaciones de estrés, esto a través de la oración y la confianza en el Señor.
Así mismo contó que constantemente recuerda las palabras en Lucas 6:38b que dicen: «Porque con la misma medida que ustedes midan a los demás, Dios los volverá a medir a ustedes». «Yo creo que hay una relación directa entre tu habilidad y la competencia de alto nivel y qué tanto estés dispuesto a trabajar y lo que estés dispuesto a soportar», estableció Kyle.
«También me apego mucho a desarrollar el fruto del Espíritu en mí, eso lo encontramos en Gálatas 5:22-23, ‘el Espíritu produce amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio’. Esa es la promesa que tenemos cuando verdaderamente Cristo vive en nuestro corazón. Con el fruto del Espíritu tienes la capacidad de lidiar con todas las cosas. Tengo gozo en mi vida, no importa cuál sea el resultado de la competencia. Sé que estoy llamado a salir y competir, tan fuerte como pueda, pero el resultado no está en mis manos. Todo lo que puedo hacer es dar lo mejor de mí. No me doy el título de ‘luchador’, me doy el título de ‘hijo de Dios’ y ‘seguidor de Cristo’ y eso jamás cambiará», aseveró.
La lucha libre
Kyle Snyder ha sido campeón mundial en dos oportunidades (2015 y 2017), también obtuvo medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 2016 y también campeón de la Asociación Nacional de Atletas Colegiados (NCAA por sus siglas en inglés).
Respecto a su carrera, a pesar de su corta edad de 20 años, Kyle dijo con humildad que se siente privilegiado por la oportunidad de competir en representación de su país. «Estoy agradecido por cada vez que he podido vestir la camiseta del equipo de los Estados Unidos. Quiero representar a mi país de la mejor manera posible, sin importar las divisiones o las diferencias que puedan existir en las personas, se unen, el deporte las une y solo puedo agradecer a Dios por ser uno de esos muchachos que puede salir y competir», agregó.
Un mensaje para otros luchadores
Snyder compartió un mensaje para otros atletas de la lucha libre que creen en Jesús y que desean competir en un nivel mayor pero también honrar a Dios a través del deporte, «Comprométanse con el Señor así como se comprometerían con cualquier otra cosa en su vida a la que verdaderamente aman, hasta más que eso inclusive. Muchas personas solo dicen que ellos creen en Jesús y creen que con eso es suficiente. Sí, somos salvos por la fe, pero la verdadera fe puede verse a través de las obras y el fruto que hayas dado en tu vida. Quiero motivarlo a que se asesoren, escudriñen la Biblia para que vean quién es Jesús y determínense a perseguir o no una vida que refleje la del Señor. Ninguno de nosotros es perfecto pero nuestra meta debe ser seguir el ejemplo de Jesús y continuar madurando espiritualmente».
Agregó que «a través de nuestra obediencia Dios nos galardonará con mayor conocimiento y la habilidad de poder usar ese conocimiento. Esa es Su voluntad para nuestras vidas. No solo digan que conocen a Dios y luego no le busquen, Como dice la Biblia, aun los demonios saben quién es Jesús y tiemblan al escuchar Su nombre. Busquen de Dios, si no lo estás haciendo, entonces te estás quedando atrás».
El deporte como plataforma evangelística
Las competencias deportivas son una excelente plataforma para predicar el evangelio de Cristo, especialmente a personas en cuyas naciones el cristiano es perseguido y considera minoría. Tal es el caso de Corea del Norte, Irán, Irak, Nigeria. Turquía, India, entre otros. Estos países con dificultad reciben el Mensaje de Jesús, pero sí son amigables y receptivos con el deporte y la lucha libre. Es por ello que cada cristiano que tiene la posibilidad de formar parte de competencias internacionales da lo mejor de sí, no solo en la lona de lucha, sino también en los vestidores y tiempos libres para compartir lo que Dios ha hecho en sus vidas.
Así como lo aseguró Kyle a través de sus redes sociales, tras su triunfo en el recientemente celebrado Campeonato de Lucha Libre Big Ten 2018: «Mi capacidad viene de Dios», haciendo referencia al versículo 2ª Corintios 3:5, «no queremos decir que nos creemos capaces de hacer algo gracias a nosotros mismos, pues Dios es quien nos da la capacidad para hacer todo lo que hacemos». Lo que completó con «si ves alguna grandeza en mí es solo un reflejo de Jesucristo».◄