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La Cruz, la luz de la Navidad

[quote]Y aquel Dios hecho hombre transitó por este mundo llenando de luz la vida de los que le rodeaban. Fue amado por muchos, pero Él amó a todos, sin excepción[/quote] Ando por las calles llenas de luces. Me gustan. Reconozco que me entristece que la mayoría de gente que me rodea y que compra apresurada cosas, cosas y más cosas no vea lo mismo que veo yo. Pero me encantan las luces. Me llevan a esa primera Navidad, tan oscura. Allá en Belén no había luces. En un establo oscuro, maloliente e íntimo, nació Jesús. Pero allí cerca, unos pastores que cuidaban a sus rebaños de noche sí que vieron la luz, porque la gloria del Señor los rodeó de resplandor. ¡Eso sí que era luz!
Transcurrieron los años y Jesús dejó de ser un bebé y pasó a ser un niño, y más adelante un joven y, en definitiva, se convirtió en un hombre. Le conocían como el nazareno, el hijo de José el carpintero y de María, el hombre que hacía milagros… Pero Él era Dios hecho hombre, y no se daban cuenta. Y aquel Dios hecho hombre transitó por este mundo llenando de luz la vida de los que le rodeaban. Fue amado por muchos, pero amó a todos, sin excepción.
Y poco a poco el plan eterno de Dios se iba cumpliendo, y unos hombres de la secta de los fariseos maquinaron para deshacerse de Jesús. Y uno de sus doce amigos más cercanos resultó tener un precio. Y como dos y dos son cuatro, los fariseos compraron a Judas por treinta monedas de plata.
Y Jesús fue crucificado y murió. Y aquella noche también fue una noche oscura. Terriblemente oscura. Oscuridad en la tierra, y tristeza oscura y espesa en los corazones de los muchos que amaban a Jesús… Pero aquella cruz, vista con la perspectiva de 2.000 años, llena la historia de luz.

sagradafamilia-jpg-webLa misma luz que brillaba en los ojos de aquellas mujeres que, muertas de tristeza, hallaron el sepulcro vacío y que, después, ¡se encontraron con el mismo Jesús! ¡Vivo!
La misma luz de aquellos amigos de Jesús que, sin acabar de creerse lo que decían las mujeres, fueron a comprobar por sí mismos lo que les estaban diciendo. Y que cuando Jesús se les apareció, después del miedo inicial, irradiaban gozo y alegría a cualquiera que se cruzaba con ellos. Incluso el avergonzado Pedro, que había negado a Jesús. Incluso el escéptico Tomás, cuando al fin estuvo con Él y tocó sus cicatrices.
La luz que desprendía la cruz ya vencida salía por los poros de todos aquellos que estuvieron con Jesús en las semanas siguientes.
Y entonces llegó el día en que Jesús ya había cumplido su misión en este mundo. Y subió al cielo rodeado de luz, porque iba a preparar lugar para todos aquellos que a lo largo de estos dos mil años han decidido ser sus amigos.
Y vuelvo a Belén. A aquella madre joven y primeriza que acaba de dar a luz y a su esposo José, a quien el ángel le dijo que el bebé salvaría a su pueblo de sus pecados. Y así lo hizo. En la oscura y luminosa cruz.
Y un día volverá. Sí, ven Señor Jesús.
©Protestante Digital

Sara Jorda
Articulista

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