(Wilmer Guédez* – Consejero familiar).-
Principios relacionales, pactos de pureza, grados de lealtad y fundamentos sobre la paternidad, entre otras cosas, son los aspectos que el ser humano ha venido afirmando que son errores en los postulados establecidos por Dios para la Familia, viéndose en la necesidad de provocar unos cambios para mejorar la calidad de vida.
Hoy en diferentes parlamentos del mundo se han aprobado o están en gestación diversos proyectos de legitimaciones que están tratando de corregir estos errores de Dios. Entre los más emblemáticos podemos mencionar el divorcio exprés o divorcio incausado, la legalización del aborto, la unión matrimonial entre personas del mismo sexo, la anuencia a diferentes prácticas de libertinaje sexual, la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, y entre otras, algunas donde se le resta la autoridad y responsabilidad a los Padres, dándole más fuerza al estado o a los propios hijos en su crianza.
Existen alarmantes estadísticas que nos hacen reflexionar si los supuestos remedios traen un bien sostenible y verdaderamente significativo, no visto de manera unilateral sino sistémicamente; por ejemplo, el informe estadístico del 2012 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), describe que cada 40 segundos una persona en el mundo se está suicidando y la mayor frecuencia de quienes se están quitando la vida son jóvenes, de hecho el suicidio es la segunda causa de muerte para personas entre 10 y 24 años. Otro dato alarmante de este informe es que por cada persona que concreta el suicidio 20 lo están intentando, estadísticas que nos llevan a preguntarnos ¿Qué estamos haciendo con la vida, que la estamos convirtiendo en algo cada día menos deseable?
En este artículo podemos poner en contraste diversos temas con respecto a las ideas de Dios y la idea de los hombres que piensan que se puede vivir mejor fuera de los límites divinos, no obstante, quisiera significar sólo uno de ellos:
Las relaciones sexuales están diseñadas para disfrutarse única y exclusivamente en el vínculo del pacto matrimonial (ésta es la idea de Dios). Al contrario, para la mayoría de los seres humanos esta experiencia forma parte del disfrute natural del hombre y la mujer que consideran normal que se pueda explorar esta experiencia desde la juventud, previamente al matrimonio, con el único atenuante de tener en cuenta los diferentes métodos anticonceptivos disponibles para evitar embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.
Este pensamiento ha sido claramente fortalecido por la filosofía de vida Hedonista (centrada en el placer y la inhibición del dolor como objetivo de vida), donde las decisiones tienen sentido lógico e inclusive humanitario, sin considerar que las mismas están desencadenando una serie de consecuencias donde hoy gobiernos y organizaciones no gubernamentales están invirtiendo millones de dólares anualmente para reparar los daños, y aun así, se siguen tomando decisiones que continúan agudizando las crisis en la convivencia humana.
Esta cosmovisión de las relaciones sexuales antagónicas a la perspectiva divina, ha procreado la mayor cantidad de hijos no deseados, el aumento de las enfermedades contraídas por transmisión sexual, el creciente estado de inseguridad e inestabilidad en las relaciones de pareja, el aumento de las rupturas matrimoniales, el alto riesgo que corre hoy un niño de crecer sin sus padres y todas las consecuencias que este mal acarrea, el aumento de la violencia intrafamiliar y social a causa de la infidelidad y el desamor, el aumento de la delincuencia y criminalidad, lo cual no está permitiendo que los seres humanos puedan desarrollar una vida tranquila y plena; de lo expuesto podemos cuestionar: ¿Será el aumento de cuerpos policiales y centros penitenciarios, la distribución de una mayor cantidad de preservativos o simplemente legalizar los deseos humanos lo que corregiría nuestros males sociales? Creo importante preguntarnos, ¿la idea de Dios verdaderamente es un error?
Hoy se hace necesario, más que nunca, desarrollar un pensamiento crítico donde el ser humano pueda decidir tomando muy en cuenta las instrucciones de Dios para la vida y lo que vienen deconstruyendo, donde a lo malo le ha llamado bueno y a lo bueno le ha llamado malo, recuperando así el verdadero valor y poder que tiene la vida cuando la desarrollamos en Familia conforme a la voluntad de Dios.
Recientemente, en mayo, se celebró el Día Internacional de la Familia, por lo que se hace pertinente para todos aquellos que anhelan un futuro lleno de esperanza, se den a la tarea de reflexionar y tomar decisiones que les permitan testificar al entorno el poder y relevancia que tiene la existencia cuando está cimentada en la vida familiar y que la esencia de esta institución es fundamental para la verdadera salud y paz en todas las sociedades del mundo.
(*) Presidente de la Fundación Latinoamericana de Consejería y Terapia Familiar (COTEF)
@WilmerGuedezM
fundacioncotef@hotmail.com