(Fernando Araujo – Articulista).-
La fe de David en Dios, al enfrentar a Goliat, fue muy grande. En 1° de Samuel, capítulo 17, nos encontramos con el bochornoso espectáculo de humillación a que era sometido el pueblo de Israel por los filisteos y usaban para ello a su gran héroe el gigante Goliat, que tenía una altura de tres metros aproximadamente. Desafiaba a Israel todos los días vociferando que Israel escogiera un hombre que fuera contra él y el que fuere vencido, ese pueblo serviría al otro. Nadie se atrevía a enfrentar a Goliat, todos en el pueblo tenían miedo, esto ocurría en el valle que estaba enfrente de los dos campamentos, el de Israel y el de los filisteos.
Durante cuarenta días acamparon ambos ejércitos uno frente al otro, pero David que rondaba los 20 años fue enviado por su padre para saber de sus tres hermanos que estaban en el ejército de Israel, ya ambos ejércitos iban a la batalla cuando el osado Goliat volvía con su atrevida propuesta, la cual fue oída por David, y de inmediato le propuso al rey Saúl que él enfrentaría a Goliat ya que todo Israel le temía.
David sabía que así como Dios lo había librado de la mano de leones y osos, así lo libraría de este gigante; por lo que el rey Saúl le dijo: «ve y Jehová esté contigo», de eso estaba plenamente seguro. Mientras Goliat confiaba en su espada y su lanza, David lo enfrentó con su cayado, cinco piedras lisas, su honda y el poder de Dios. Con el lanzamiento de la primera piedra acabó con Goliat.
Ahora bien, la pregunta es: si David estaba tan seguro de vencer, y que Dios le daría la victoria, ¿por qué se presentó con cinco piedras lisas? No era suficiente una sola piedra?
La respuesta está en 2° de Samuel 21:22, era que Goliat tenía cuatro parientes más que eran gigantes igual que él y si por casualidad se aparecían a David ese día, él estaba preparado.
Estos gigantes fueron: 1.- Isbí-Benob (2° Samuel 21:16), familiar de Goliat, el cual murió a manos de Abisay. 2.- Saf, también familiar (2° Samuel 21:18 y 1° Crónicas 11:29). 3.- Lahmi, era hermano de Goliat (1° Crónicas 20:1 y 2° Samuel 21:19). 4.- El último gigante, que era el cuarto, era medio deforme, tenía 6 dedos en cada mano y en los pies (2° Samuel 21:20). David llevó las 5 piedras no por temor de fallar, sino por si acaso alguno de estos gigantes pretendieran entrar a pelear. Esa es la confianza que tenía David en Jehová.
No tuvo temor de enfrentar a Goliat, porque su confianza estaba primeramente puesta en Dios.
¡Dios te bendiga!
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