(Prensa Iglesia de Jesucristo – CIUDAD GUAYANA).-
«La crisis no se acaba con decretos, ni la inseguridad, escasez, violencia, y mucho menos mejora la economía. El hombre necesita una transformación interior que es espiritual y sólo Jesucristo le puede dar», asegura el apóstol Juan Sebastía, pastor de la Iglesia de Jesucristo en Puerto Ordaz, estado Bolívar.
Por cuarenta días consecutivos, desde el 22 de enero hasta el 2 de marzo de este año, las congregaciones cristianas de la ciudad, y Venezuela, se unen al noveno año de ayunos que se realizan con el fin de bendecir a la nación.
«Cerramos nuestra boca, nos privamos de alimentos, para ser llenos de la comida espiritual que Dios tiene para nosotros, como lo dice la Biblia: ‘No sólo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que viene del Señor’», afirma Sebastía.
Las plenarias en las que diversos hombres y mujeres de todo el país, dedicados al servicio a Dios, comparten una Palabra del Cielo, son transmitidas radialmente de lunes a domingo por Carismah 101.1 FM y Avivamiento 101.9 FM; y en video por www.iglesiadejuscristo.tv y www.carismahfm.com espacios electrónicos en los que se pueden visualizar los mensajes en tiempo real de 10 a 11 de la mañana.
Además, por todo el territorio nacional 44 emisoras radiales están unidas en la tarea de transmitir de manera desinteresada el mensaje de salvación y restauración para Venezuela que se predica en los ayunos. Mientras que en Santiago de Chile -Chile-, Ciudad de Guatemala -Guatemala-, Nueva York -EE.UU- y Lima -Perú-, cuatro emisoras respectivamente difunden los ‘40 Días de Gloria’ como también se les conocen.
«Mucha gente está pensando en irse del país. Pero viene un tiempo de refrigerio para Venezuela, y yo lo creo, porque en los momentos de crisis, la gente es más sensible para mirar al Cielo y reconocer que necesita de Dios», confiesa el apóstol Sebastía, quien además está convencido que este 2014 no es un año de desastre, sino de buenas cosas para el país.
«Venezuela, el hombre te ha fallado, la política te ha fallado, el sistema no sirve. ¿Qué esperas para buscar a Dios que no falla?», concluye el ministro de Dios.