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Lápiz del escritor: Martín Luther King: defensor de los derechos civiles

¿Puede un negro creer el Dios de los cristianos blancos? ¿Qué tiene que ver el Evangelio de Jesucristo en la lucha de los negros para la justicia de una sociedad racista? ¿Cómo se puede ser negro y ser cristiano al mismo tiempo?
Con estas interrogantes radicales, el teólogo negro James Cone, el postulado principal de la Teología Negra de la Liberación, comienza a reflexionar sobre la reivindicación social de sus hermanos negros, lo que ocurría durante la década de los 60, cuando los negros son odiados y discriminados por los blancos, especialmente al Sur de los Estados Unidos de Norteamérica.
En medio de esa situación social conflictiva también sobresale la figura del Dr. Martín Lutero King (1929-1968), teólogo negro, pastor bautista y ganador del Premio Nobel de la Paz en el año 1964, quien se suma a la lucha contra la estructura opresiva del racismo; y asimismo se destaca Malcom-x, al romper las barreras del prejuicio contra los negros.
Desde el primer siglo y medio de la independencia de los Estados Unidos, acaecido el 4 de julio de 1776, los negros han sido esclavos y marginados sólo por el color de su piel. A partir de allí en la cultura norteamericana está enraizada la discriminación racial y la explotación contra los negros. El prejuicio tan penetrado en la vida estadounidense, en especial contra los negros, y por ello interpretaban los textos bíblicos como supuesto apoyo a su racismo que Dios no es negro, sino blanco.
Esta larga lucha de los negros por su libertad frente a la discriminación racial blanca llevó a descubrir en la Biblia al teólogo Cone que el sujeto histórico de la teología ha de ser negro, ya que Dios está plenamente identificado con los pobres y los esclavos. Para el teólogo Cone, por supuesto, esclavo y pobre no podían ser otro que el negro mismo, y además, el Señor siempre ha condenado a los opresores y siempre es partidario de los oprimidos, por lo que, la fe cristiana ha de articularse a partir de esta praxis eclesial. De lo contrario, la fe cristiana se convierte no en una fuerza liberadora, sino opresora.
Según Cone, la teología que no nombra el sujeto histórico, pierde su poder, se convierte en teología inútil para el pobre, es decir, el negro. Que el Dios del Evangelio cristiano se conoce sólo entre las comunidades de los oprimidos que lucha por la justicia en un mundo que los rechaza.
De manera que el punto de partida de la Teología Negra de la Liberación surge de esa realidad concreta, esto es, la población negra, su larga y amarga experiencia de discriminación y marginación por los «varones blancos», quienes han creído que su raza es superior, porque Dios es blanco y con ojos azules, así como vemos supuestamente el rostro de Cristo en las obras pictóricas.
Cone, al igual que los postulados de la Teología Latinoamericana comprende que la historia del pueblo judío, narrada en el libro de Éxodo, sea paradigma fundamental para la explicación bíblico-teológica, ya que allí notamos que Dios habla de la liberación y de la salvación de los pueblos que sufren y por lo cual es el eje central de la teología cristiana.
«Cone sostiene que Dios es negro, porque se identifica y comparte voluntariamente la condición del oprimido. El Dios del Éxodo, el Dios de amor y justicia, jamás puede ser blanco, porque su naturaleza misma es liberadora. Dios, afirma Cone, es aquel poder de vida que capacita a la víctima de la injusticia a sobrevivir en medio de la miseria y a luchar hasta que llegue la libertad…
Como poder de vida, Dios es el liberador que capacita a los pobres del mundo a luchar contra sus opresores» (God is black, Pág. 83).
Finalmente, según esta tesis, Jesús vino a este mundo como el Oprimido. Dios en Cristo, al asumir su existencia humana, estuvo íntimamente ligado a los oprimidos de la tierra. En San Lucas 4:16-21 es de capital importancia para comprender que Jesús vino a consolar a los afligidos y poner en libertad a los cautivos, pues, en esto consiste que como Dios tenía que ser negro, ya que se identifica con los pobres.
«El mensaje de Luther King sigue vivo: por un nuevo orden mundial, más justo y que no se base en la fuerza, sino en el respeto, la solidaridad y la cooperación por la Paz, contra la discriminación y la exclusión» (Reverendo Jesse Jackson).
(Para leer: James Cone, «Dios es negro» (antología); y Martín Luther King «La fuerza de amar»).

Arnulfo López Jr.
Teólogo y escritor
arnulfolopezjr@hotmail.com

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