
(Especial – Verdad y Vida).-
Líderes cristianos y de sectores interreligiosos se reunieron en Bogotá el pasado 5 de febrero y emitieron un pronunciamiento sobre la crisis migratoria en la región. La iniciativa abarca a los países de habla hispana y portuguesa, impulsada por 36 organizaciones e iglesias cristianas de América Latina y el Caribe, la cual busca fortalecer la capacidad de las comunidades de fe para sensibilizar, movilizar, incidir e integrar a las personas migrantes.
Por Venezuela estuvieron presentes académicos y personas migrantes activistas en la búsqueda de sus derechos en los países de acogida; la comunidad evangélica venezolana estuvo representada a través del liderazgo del Consejo Evangélico de Venezuela (CEV), la cual desde el pasado año forma parte de la Campaña «Como nacido entre nosotros».
A esta primera reunión regional de trabajo de iglesias y organizaciones cristianas que trabajan a favor de las personas migrantes de la Región Andina, Chile, Brasil y Argentina», asistieron 60 líderes y representantes de comités religiosos para migrantes y refugiados, mesas de movilidad humana, presidentes de concilios evangélicos y denominaciones, obispos, pastores, sacerdotes, líderes de organizaciones cristianas de protección a migrantes, académicos y activistas de la región.
Esta reunión de trabajo estuvo centrada en los siguientes objetivos:
1. Propiciar el encuentro de iglesias y organizaciones que acompañan y asisten a personas y familias migrantes de Venezuela con el fin de identificar buenas prácticas, intercambiar experiencias y/o estrategias y generar propuestas integrales de acción conjunta.
2. Construir un espacio de reflexión bíblico-teológica que nos permita afirmar el mandato bíblico y compromiso ético y cristiano a favor de las personas migrantes, a fin de reducir el maltrato, practicas discriminatorias y xenofobia hacia ellos.
3. Identificar acciones de incidencia conjunta para proteger los derechos de las personas migrantes, especialmente a las de atención prioritaria.
Esta acción estuvo acompañada por funcionarios del gobierno de Colombia, la ministra del Interior Nancy Patricia Gutiérrez y la doctora Lorena Ríos, directora de Asuntos Religiosos de ese Ministerio. También desarrollaron temas devocionales que sirvieron de plataforma para el pensamiento y objetivos de cada día, entre ellos: «Juntos en la diferencia», «Juntos a favor de la inclusión de las personas migrantes» y «Juntos somos más».
Esta primera reunión regional de trabajo arrojó el siguiente comunicado, no solo para el conocimiento público, sino para la acción:
LIDERES CRISTIANOS Y DE SECTORES INTERRELIGIOSOS REUNIDOS EN BOGOTÁ SE PRONUNCIAN SOBRE CRISIS MIGRATORIA
Convocados por un compromiso que surge desde la fe para trabajar a favor de los más vulnerables y respondiendo a la demanda bíblica de tratar al extranjero como uno nacido entre nosotros (Levítico 19:33-34); los líderes reunidos en Bogotá declararon lo siguiente:
NUESTRA SOLIDARIDAD con los migrantes alrededor del mundo y América Latina, especialmente con los millones de ciudadanos venezolanos que han tenido que salir de forma masiva buscando la protección nacional, internacional y humanitaria debido a la crisis política, económica y social que viven como nación. Debido a ello, se ha generado una crisis de movilidad humana en Sudamérica, especialmente en Colombia, Perú, Ecuador, Chile y Brasil la cual debe ser atendida de forma integral y desde el estado, sociedad civil y las comunidades de fe.
RECONOCEMOS y valoramos los esfuerzos locales e internacionales de las comunidades cristianas y sectores interreligiosos para atender la crisis humanitaria que viven miles de personas migrantes en la región. Sin embargo, reconocemos con humildad que estos esfuerzos son insuficientes en comparación a la magnitud de las necesidades de las personas migrantes y refugiadas.
RECHAZAMOS la politización de la problemática migratoria, así como los discursos y narrativas xenofóbicas y discriminatorias generados por entes estatales, sociedad civil, medios de comunicación e inclusive iglesia, que han denigrado la dignidad de los migrantes y refugiados.
DESTACAMOS las acciones que se han realizado desde los gobiernos de la región para que las personas migrantes accedan a nuestros países. Sin embargo, consideramos que no han sido suficientes y en ocasiones se han convertido en discriminatorias y restrictivas frente a la magnitud del flujo migratorio, lo que ha ocasionado mayor vulnerabilidad, especialmente de los niños, niñas, mujeres, adultos mayores y otros sectores vulnerables de la población.
EXIGIMOS a los gobernantes de nuestros países, el respeto y cumplimiento de las normas internacionales que protegen a las personas migrantes y refugiadas y la implementación urgente de políticas públicas que permitan el acceso integral a sus derechos.
REAFIRMAMOS nuestra voluntad democrática de apoyar a los estados en la contribución a la salida de esta crisis, contribuyendo en la formulación e implementación de políticas públicas.
APELAMOS a los líderes de las comunidades cristianas y el sector interreligioso a actuar según los principios de hospitalidad, amor al prójimo y protección de los más vulnerables, superando nuestras diferencias y realizando esfuerzos articuladores que nos movilicen a atender, proteger, incidir e integrar a las personas migrantes y refugiadas.
Bogotá, 5 de febrero de 2020.