“Guárdense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes”. Estas son palabras que Jesús les dice a sus discípulos como advertencia para que no se dejaran influenciar por la hipocresía y la mundanalidad que tales corrientes respectivamente representaban. Sin embargo, los discípulos, como no tomaron previsión de llevar comida para el viaje pensaron que Jesús, al hablarles de cizaña, les estaba reclamando indirectamente por su descuido.
Jesús los amonesta por tener un corazón endurecido, por centrar la atención en los problemas, que al final Jesús siempre resuelve y no en aprender el contenido profundo de sus enseñanzas.
Hay cristianos que se les pasa la vida únicamente pensando en sus problemas y en las equivocaciones que han cometido, y descuidan el alimento espiritual que Jesús diariamente imparte a toda persona que lo requiere en oración y meditando en sus palabras contenidas en la Biblia. No está mal que se dedique tiempo a orar por la solución de los problemas. Lo que sí es incorrecto es que tales problemas se conviertan en objetos distractores que impidan escuchar la voz de Dios y sus instrucciones. ¡Mosca!
Dios te bendiga.
Teófilo Segovia Salazar
Pastor y comunicador