(NTN24/ VyV).-
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) arrojó que aproximadamente ocho mil niñas entre 10 y 14 años quedan embarazadas en Venezuela cada año. El equivalente, según Jorge González Caro, representante auxiliar del Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa), es de casi una niña por hora durante el año. La Unfpa explicó que la tasa de embarazo precoz en Venezuela es de 101 por cada mil jóvenes entre 15 y 19 años, siendo la más alta de Suramérica y la tercera de América Latina. El país es superado por Nicaragua (109) y Honduras (108).
De acuerdo con González Caro, es imperante aplicar condiciones necesarias para que se eduquen. Según un estudio realizado por el Censo Nacional de Población y Vivienda del total de madres adolescentes, 28 % asiste a la escuela, mientras que las que no tienen hijos y van a la escuela son el 84 %, informó el diario El Universal.
La media de embarazo a temprana edad en Latinoamérica se ubica en 76 por cada mil adolescentes entre 15 y 19 años.
El estudio realizado por Unfpa arrojó que estos embarazos en niñas y adolescentes son una consecuencia de la violencia, desigualdad de género, falta de educación y la pobreza. Pero, ¿qué trae violencia, pobreza, entre otros?, ¿cuál es el verdadero causante o detonante de estas condiciones sociales en las que el país vive? Ciertamente es a falta de educación, pero no solamente la académica, sino el conocimiento de la Palabra de Dios y de lo que Él ha trazado para cada persona.
Una serie de principios e inclusive conductas ha trazado el Señor para que cada persona tenga una vida llena de paz, que los niños puedan ser niños y no, que sean obligados a salirse de la línea que Dios les trazó. Dice la Biblia: «Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán» (Proverbios 22:6. NTV). Dirigir es una de las palabras clave en este versículo, es menester de los padres dar el ejemplo y dirigir, guiar a sus hijos -con la ayuda de Dios-, en todo lo que hagan.
La sociedad está quebrantada porque las familias, lo primero que Dios constituyó, están destruidas por la falta de amor, guía permanente de un padre y fortaleza que el Señor brinda a quienes creen en Él y le reciben en su corazón. Esta realidad solo cambiará cuando la dureza de los corazones caiga y sea posible ver que hay mejores y grandes cosas para los que creen en Jesucristo como único camino al Padre Celestial.◄