
«Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras» (Santiago 2:18).
La semana pasada mi mecánico insistió conmigo que las obras son más importantes que cualquier otra cosa, pues un día «San Pedro» estará revisando «El Libro» para contabilizar «las obras». Me reclamó diciendo que los cristianos siempre hablan más de fe que de obras y concluyó con el versículo «por sus frutos los conocerán».
En cierto modo es correcto el reclamo que me hizo el mecánico insistiendo que los cristianos hablamos más de nuestra fe que lo que hacemos o mostramos. Ese fue justamente el reclamo que también hacia Santiago, a ser más relevantes y congruentes con nuestra fe.
La Palabra de Dios nos insta a ser relevantes… a ser R.E.A.L. en:
R–esponder a las necesidades de nuestra sociedad
E–quipados y capacitados para demostrar nuestra fe por nuestras obras
A–uténticos y genuinos trabajando en unidad para impactar nuestra sociedad
L–eales y fieles a Cristo.
Necesitamos ser reales y relevantes en nuestro entorno para ser sensibles a las necesidades de los que nos rodean. Intencionalmente crear nuevas oportunidades de servicio a la comunidad buscando servir y no ser servido. Dar sin necesariamente recibir nada a cambio haciendo patente lo que indica la Palabra: «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mateo 5:16).
Arnold Enns
Presidente de Coicom
vtrh.info@gmail.com