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Sabiduría de los dichos de Salomón N° 16: La estabilidad: una marca y un producto de los líderes confiables, Arnoldo Arana

«Cuando hay corrupción moral en una nación, su gobierno se desmorona fácilmente. En cambio, con líderes sabios y entendidos viene la estabilidad (traen orden)» (Proverbios 28:2. NTV).
Las injusticias, inmoralidades, actos deshonestos y corrupción de los gobiernos y líderes, generan caos, anarquía, rebeliones e injusticias en las naciones. Esto trae divisiones entre la gente, corrupción moral y muchos padecimientos sociales y económicos para los habitantes de una sociedad u organización.
Por otra parte, el entendimiento y la sabiduría que provienen de líderes confiables afirman un gobierno u organización y, por consiguiente, a las personas que forman parte de ese grupo de personas. Líderes probos e íntegros se hacen líderes confiables, y constituyen una necesidad apremiante en un mundo como el de hoy en día donde abunda la corrupción, la incompetencia y la inestabilidad política y económica. Un liderazgo integro, confiable y fuerte mantiene una nación, empresa o institución en orden y estabilidad. La estabilidad y el orden son factores cruciales para el desarrollo y progreso de las sociedades.
La historia es testigo de que todo se edifica o se derrumba en función del tipo de liderazgo prevaleciente. Si el líder camina en rectitud y justicia, ese será el estado prevaleciente en esa sociedad u organización; o, por el contrario, si el líder carece de integridad y rectitud, entonces dará lugar a injusticias, corrupción y prácticas deshonestas; rebeliones, caos y disolución.
El éxito o el fracaso de una empresa, una institución o una nación, depende del liderazgo. Las naciones, empresas y familias son tan fuertes y sanas como lo son sus líderes. Los líderes marcan el clima psicológico y la dirección para los comportamientos de las personas. Las sociedades se levantan o caen al ritmo de sus líderes. Edwin H. Chapin comenta acertadamente al respecto: «Ni ejércitos, ni naciones han mejorado la raza humana, sino que aquí y allá, en el transcurrir de los años, un individuo se ha levantado y ha proyectado su sombra  sobre el mundo».

El carácter es la base para el ejercicio del verdadero liderazgo

¿Qué tan prioritario es para los líderes construir un carácter integro, firme y estable como base para su desarrollo como líder? Sin duda alguna el carácter es la piedra angular para el desarrollo del liderazgo. El carácter es la esencia que sostiene el buen liderazgo –no solo a los gobernantes y líderes políticos– sino también a padres, maestros, gerentes, y para todos aquellos que influencian la vida de otros; sobre todo en tiempos corrupción y transgresión. Charles de Gaulle dijo: «El carácter es la virtud de los tiempos difíciles».
Es el carácter confiable como atributo exhibido por el líder lo que genera su influencia. «Liderazgo es influencia». Esa es una definición exacta y acertada de lo que es liderazgo. Sin influencia no existe liderazgo. Y la influencia está asociada a la confianza que inspira el líder en sus seguidores. Podemos afirmar enfáticamente que la confianza es el combustible del liderazgo, así como la gasolina es el combustible de un vehículo. Sin gasolina un vehículo no puede andar, así mismo sin confianza no se puede liderar. Sin la confianza de los seguidores no hay influencia posible, y sin influencia no existe liderazgo. Esa es una ecuación infalible en materia de liderazgo.
El líder necesita hacerse confiable para lograr ascendencia e influencia sobre sus seguidores; de esto depende su efectividad como líder. Acertadamente dice el Dr. Jesús Sampedro: «Cuando un líder genera confiabilidad personal, también influencia la realidad organizacional». Si un líder no es digno de confianza, la gente no seguirá su visión, ni cooperara con entusiasmo para alcanzar las metas organizacionales o como nación, ni se comprometerá y desarrollará identidad con un proyecto de empresa o nación.
La confianza es fundamental para el ejercicio del liderazgo. El liderazgo está basado en el manejo de las relaciones, y las relaciones son fundadas sobre la confianza. De modo que sin confianza no hay conexión entre el líder y sus seguidores. Para poder influir sobre otros, se requiere primero que los seguidores crean en el líder: en su ética, su integridad, su entereza, su competencia.
Por otra parte, el carácter es el área donde los líderes son más confrontados, medidos, probados y cuestionados. La gente es más tolerante y comprensiva con fallas en la ejecución o en el conocimiento, pero los fallos del carácter son penalizados muy fuertemente. Para algunos expertos organizacionales como Stephen Covey, el área del carácter es precisamente donde los líderes más fallan. Al respecto comenta el autor: «El 90 % de todos los fallos del liderazgo son fallos de carácter».

Sin estabilidad no hay crecimiento ni desarrollo

«…con líderes sabios y entendidos viene la estabilidad», dijo el rey Salomón. Uno de los resultados más importantes que generan los líderes confiables, es la estabilidad. Y la estabilidad es un factor esencial para el desarrollo y el crecimiento. Joyce Meyer dice: «La estabilidad desata la habilidad». Sin estabilidad los procesos para el desarrollo y el crecimiento no tienen continuidad, se estancan. Al carecer de estabilidad, careceremos también del ambiente interno, la fuerza interior necesaria para desarrollar las destrezas y habilidades que determinan el éxito. Por el contrario, nuestra incapacidad para edificar una vida emocional estable y saludable, nos sumerge en luchas y tensiones internas que sabotean nuestra efectividad en la vida profesional, laboral, social, y aún nuestra claridad de pensamiento.
En lo individual se precisa de estabilidad emocional y, en general, de un carácter integro, maduro y estable, para favorecer el desarrollo de las habilidades y destrezas para el desempeño efectivo. Y a nivel colectivo –corporativo se requiere de estabilidad política u organizacional para que se abran paso el progreso y la prosperidad.
Esa estabilidad en lo personal no es posible sin el desarrollo del carácter. El desarrollo del carácter es el factor que más aporta a la madurez como líder, y a su gestión emocional funcional. La plataforma sobre la cual se lidera no son las técnicas o metodologías que se puedan utilizar, sino el carácter. El poder de acción del líder reside en la riqueza de su vida interior, vale decir, en la madurez de su carácter. Por lo tanto, el carácter es la prioridad en el desarrollo del liderazgo. Si comparamos la vida del hombre con la de un árbol, diremos que lo que es la raíz (fuente de sustento, firmeza y estabilidad) al árbol, lo es el carácter (identidad propia, fortaleza, entereza, integridad, conciencia de sí mismo) al hombre. El fruto del árbol es determinado por la raíz. Así las conductas y actitudes del hombre proceden del carácter de éste.
No son el carisma, ni la inteligencia, ni el conocimiento, ni el talento las áreas con las que los líderes producen el mayor impacto y que le llevan al éxito. Por el contrario, como afirma Henry Cloud: «Lo que es una persona (su carácter, cursivas mías) es lo que determinará si su inteligencia, sus talentos, sus competencias, su energía, su esfuerzo, sus capacidades para los negocios y sus oportunidades tendrán éxito». De modo que la formación de un buen carácter facilita y coadyuva a desatar y mantener el esfuerzo de la habilidad. Pero si el carácter es deficiente, terminará anulando u obstaculizando el ejercicio y desarrollo de los talentos e inteligencia, fallando de esta manera en alcanzar todo el potencial de la persona.
Enseñanzas para el liderazgo:
El liderazgo es esencial para la transformación positiva de las empresas, instituciones, comunidades y naciones. Ahora, el cambio comienza primero en la esfera interna del líder, en su carácter.
El carácter es la plataforma desde donde lideran las personas. La base de la influencia del líder es su carácter. No son el talento, ni el carisma, ni el conocimiento, ni la inteligencia, los factores que más aportan a la capacidad de liderar, sino el carácter.
Los talentos y habilidades que acompañan a los líderes, organizaciones y naciones al éxito, requieren ser acompañados por un carácter que garantice sostenibilidad, estabilidad y consistencia en sus resultados.
La integridad brinda un camino seguro a través de la vida. «La integridad de los rectos los encaminará» (Proverbios 11:3). Eso es así porque la persona íntegra posee un núcleo firme, vale decir, principios y valores de los que ha tomado posesión, y que le permiten guiarse con seguridad y confianza en sus decisiones y elecciones. Eso le permite una referencia para andar por la vida, con la conciencia de que conviene hacer y que no conviene hacer.
Pensamiento: Tener un carácter íntegro y recto o falso (deshonesto) en una elección personal, que tiene repercusiones organizacionales y colectivas.
Arnoldo Arana
Pastor, psicoterapeuta y escritor
arnoldoarana@hotmail.com

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