«Al oírlo, Jesús quedó asombrado. Se dirigió a los que lo seguían y dijo: Les digo la verdad, ¡no he visto una fe como ésta en todo Israel!» (Mateo 8:10).
Si no operamos bajo autoridad es imposible de ser una persona de fe. El que tiene fe opera bajo el principio de que hay un ser superior y que su vida depende de él.
El centurión romano vino a Jesús y le dijo que su siervo estaba paralítico y con mucho dolor, que una sola palabra de autoridad era suficiente para sanarlo. Él sabía que Jesús, estaba bajo la autoridad de su Padre y él entendía lo que significaba autoridad.
Jesús, al ver que el centurión entendía este principio de autoridad actuó de acuerdo a este principio, ordenó la sanidad y esta fue dada. El centurión creyó en esta palabra y fue a su casa tranquilo confiado que la obra fue hecha.
Dios ha puesto un sistema de autoridad en nuestro mundo que requiere de fe para operar bajo sus límites: padres sobre sus hijos, empleadores sobre los empleados, líderes del gobierno sobre el pueblo, pastores sobre miembros de la iglesia.
Se trata de estructuras de autoridad que Dios ha puesto en nuestras vidas para proteger y guiarnos a Su voluntad. Si hemos de ser personas de fe tenemos que acatar esta estructura de autoridad que Dios ha puesto para tener una vida prospera y con abundante fruto.
Arnold Enns
Presidente de Coicom
vtrh.info@gmail.com