No puedo quedarme callado ante el gran engaño y las consecuencias espirituales que se le avecinan a las personas, las casas, y la población donde este ídolo es adorado.
Ahora más que nunca tengo que hablar, pues he oído que personas prominentes han dicho: «Tenemos que darle la bienvenida a Eleggua».
Este ídolo, Eleggua, lo representa el espíritu de un niño, por eso le ponen caramelos y jugueticos. Pero en realidad es un demonio que su origen está reseñado en la Sagradas Escrituras donde hombres religiosos sin escrúpulos sacrificaban niños en las piedras y luego las ponían detrás de las puertas de sus casas.
Isaías 57:3-8, dice: «Mas vosotros llegaos acá, hijos de la hechicera, generación del adúltero y de la fornicaria. ¿De quién os habéis burlado? ¿Contra quién ensanchasteis la boca, y alargasteis la lengua? ¿No sois vosotros hijos rebeldes, generación mentirosa, que os enfervorizáis con los ídolos debajo de todo árbol frondoso, que sacrificáis los hijos en los valles, debajo de los peñascos? En las piedras lisas del valle está tu parte; ellas, ellas son tu suerte; y a ellas derramaste libación, y ofreciste presente. ¿No habré de castigar estas cosas? Y tras la puerta y el umbral pusiste tu recuerdo; porque a otro, y no a mí, te descubriste, y subiste, y ensanchaste tu cama, e hiciste con ellos pacto».

Este ídolo representa a un demonio.
Cuando una persona recibe este ídolo tiene que hacer una ceremonia detrás de la puerta de su casa, la cual consiste en sacrificar un pollo, un gallo, o un chivo, con el propósito de darle la entrada en la casa; no solo al demonio Eleggua, sino a otros tres espíritus más que vienen con el susodicho Eleggua.
Los tres espíritus de demonios se llaman «Oggun, Ochosi, y Osun». A los que hay que sacrificarle un gallo y dos palomas detrás de la puerta de la casa.
La persona tiene que hacerlo, pues se le dice que de no hacerlo los espíritus se quedan arrodillados ante la puerta.
Este ídolo (demonio) trae pobreza, enfermedad, escasez, separaciones familiares cuando la persona que lo recibió no le da aguardiente, velas, caramelo, miel de abeja o sangre.
Lo principal es que si la persona muere teniendo esos ídolos su alma se pierde en el infierno; esta es la manera que Satanás prepara a las personas que buscando ayuda en la santería venden su alma al diablo. Dios ordenó: «No tendrás dioses ajenos delante de mí» (Éxodo 20:1-6) .
De la única manera que se rompen esos pactos es cuando la persona recibe a Jesús y se arrepiente de todos sus pecados.
Yo fui babalao por más de 25 años y Jesucristo cambió mi vida. Escribo estas verdades por amor a las personas que por ignorancia caen en manos de Satán a través de la santería.
Dios les bendigas y les guarde.
Orlando Oviedo
Pastor, escritor y conferencista
pastoroviedo97@yahoo.com
tenaz, de que el diablo absorba tanto a estas personas a traves de estas «santerias». yo convivi con mi pareja en una casa y llego una persona que practicaba esta santeria a vivir alli; y el punto fue que perdi mi relacion y quede con el sistema nervioso super alterado………tenaz hasta donde llega tanta maldad de la gente……..Dios los perdone.