Calzascia, propicia que es el momento de alzar la voz en pro de esas mujeres y niñas que están atravesando por situaciones similares o peores que a la de su experiencia
(EG – Verdad y Vida).-
Aunque el titular destaca como una página sangrienta de sucesos, pues es la vivencia en la que estuvo sumergida por más de cuatro décadas la pastora Sandra Guzmán de Calzascia de origen dominicana y que actualmente reside en Suiza con su esposo Antonio Calzascia, de cuya unión hay una hija. Con declaraciones impactantes emitidas a través de una voz estruendosa que caracteriza a esta sierva de Dios, expone ciclos inmundos desde su infancia hasta la adultez. Entre los cuales subraya un padre pedófilo, drogas y prostitución, haciendo énfasis en que Dios la amó sin soslayar su pasado y que ahora radica en ella un gran peso de Gloria.
ANARQUÍA FAMILIAR
El inicio radica en una crianza bajo la figura de adopción. Fue violada a los 4 años de edad por su papá (adoptivo) y sufrió maltratos físicos y psicológicos por su madre (adoptiva). Cabe destacar que sus progenitores eran de escasos recursos, siendo la número trece de quince hijos, estos la dan en adopción bajo el lema de “un mejor futuro”, sus nuevas figuras paternales representaban una familia de alta sociedad, siendo esta formación oscura y tenebrosa hasta conseguir la luz del Rey eterno. Su padre biológico era un hombre de Dios, su madre aún vive, señala que la honra desde que contaba con 14 años de edad para que pudiera comer, parte de esos subsidios provenían de la prostitución. “Yo no me avergüenzo de decir esto, porque yo soy una mujer libre en Cristo Jesús, bendigo el nombre de Cristo”, enfatizó.
PIEL MANCHADA
Con diversos tatuajes en la epidermis, los cuales eran un dolor que pagaba para sentir gozo, hace referencia que esta tortura era “insignificante” con respecto a la que ya venía padeciendo en su corazón. Sin embargo, ha sido objeto de señalamiento al subirse al púlpito por estos grabados. “Cristo me ama así, yo amo a cada de uno de ustedes con sus defectos, porque aquí no hay nadie perfecto”.
VIOLENCIA DESGARRADORA
Hace mención que, desde los ocho años de edad, ella empezó a tener consciencia de los actos dolorosos que le propinaban sus padres de crianza, “mi madre adoptiva me golpeaba dejando mis manitos rojas y brotando sangre, y el refugio que era mi padre adoptivo, cuando me dirigía a él comenzaba con una morbosidad hasta violarme, él tenía un armario hecho a la medida para cometer este acto aberrante”. Expone que a sus 16 años de edad fue amarrada y apuñalada cincuenta y dos veces en sus glúteos por ese hombre. Estadísticamente, añade que sufrió la violación de veinte hombres y más de trecientas veces, sumándose a estas perversidades los amigos de su padrastro, los cuales también sufrían de esta parafilia.
RUMBO A SUIZA
Su padre biológico al enterarse de esta situación, la envía a Suiza, con la finalidad de seguir en búsqueda de ese anhelado “mejor futuro”, donde aún sigue cayendo en procesos tormentosos. En esta oportunidad a su llegada a este lugar, es presentada como “trata humana”, cayendo así en la prostitución.
PERDÓN AUTENTICO
“No fue fácil para mi perdonar a esas personas, quienes también me robaron parte de mi vida adulta, cuando hablo de esto, se me vienen lágrimas a los ojos, pero no es de tristeza, es de saber que ahora cuento con un Padre gracias a Cristo Jesús, el perdón es un don del Espíritu Santo, solo a través de Jesucristo nosotros podemos perdonar”, puntualizó.
VOLVER A NACER
“El diablo no merece que nosotros le entreguemos la vida”, acota que fue librada de cáncer en el útero y un tumor en la cabeza. Nació de nuevo, el mismo día de su cumpleaños, que corresponde al 22 de septiembre. Relata que fue a la vía Alta della Verzasca, donde después de tres veces intentar lanzarse al vacío, “el Señor me tiró hacia atrás, cayendo en sus brazos y susurrándome al oído un versículo que se ha convertido en mi lema (Isaías 60:1, “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”). Impidiendo que pasara la eternidad en el infierno, desde ese día yo me entregué a Cristo”, manifestó regocijada.
EXHORTACIÓN A LA IGLESIA Y FAMILIA
“¿Que está haciendo la iglesia por esas niñas que están prostituyéndose?, juzgarlas, sin saber qué ha pasado y por qué están haciendo eso”; se autoresponde. “Nada, estamos cruzados de brazos, mirando cómo la sociedad y el sistema nos arranca a nuestros hijos, el deber de los padres es cuidar de los hijos, a mí me robaron mi niñez, nos hacemos de la vista gorda cuando vemos en la calle algún necesitado, ¿dónde está el amor? Ese que predicaba Cristo, y nos llamamos cristianos, ¿qué es ser cristiano? Es ser símil a Cristo”. 24 años fue el período en el cual estuvo sumergida en la cocaína sufriendo depresión desde temprana edad por la maldad del hombre. “siendo las drogas mi refugio porque yo no tuve la dicha de que alguien me predicara del Señor”.
Calzascia, propicia que es el momento de alzar la voz en pro de esas mujeres y niñas que están atravesando por situaciones similares o peores que a la de su experiencia, “la Biblia me dice ‘amarás a tu prójimo como así mismo’, si nosotros cumpliéramos ese mandamiento no hubiese cárcel, armas ni maldad”.
De igual forma, aconseja a los padres a no vociferar palabras de maldición sobre sus hijos diciendo: “no sirves, eres un hijo del diablo, con esto estamos dando autoridad a las tinieblas, tenemos que vencer con esos sellos que proclamamos con nuestra boca. Nosotros como padres tenemos que saber qué se está moviendo en nuestras casas”. Asimismo, suplica a los progenitores que vigilen y cumplan a cabalidad el compromiso con sus hijos.
PROPÓSITO DEL ALTÍSIMO
“Había un propósito gigante de Dios para mí, porque a través de este gran testimonio muchas personas podrán comprender, que no importa que nos juzguen, que hayan cometido el peor de los pecados, Dios siempre estuvo cuidándome y amándome”. Es la autora del libro “Infancia robada”, que es su autobiografía, con el objetivo de ser una fuente de esperanza a través de la Palabra del Creador para las féminas que sufren todas estas vicisitudes.◄
