«Ustedes han dicho: “¿De qué vale servir a Dios?… pues los que hacen maldad se enriquecen…”» (Malaquías 3:14-15).
Alguna vez has sentido que los malos en realidad parecen ser más bendecidos que tú. ¿Que los que no obedecen las leyes se salen con la suya y viven mejor? ¡Esto es lo que el pueblo de Dios sentía!
Ellos sentían la opresión de los gobernantes injustos, se sentían abusados y manoseados. Todo parecía apuntar a que vivir una vida temerosa delante de Dios no tenía recompensa.
No hay duda que hay mucha injusticia en nuestros países, por ello tantas huelgas, paros, escases, e injusticia. Sin embargo, tenemos que recordar que nada sucede en la tierra que no se sepa en los cielos!
Dios escuchó su clamor y respondió a través del profeta Malaquías para explicar la opinión de Dios sobre este asunto. Él les mando decir que un día el vendrá a juzgar y que no se olvidara de los que fueron temerosos de Él (Malaquías 3:16-17).
El mensaje que tenemos que ofrecer a nuestro mundo en crisis es que Dios es un Dios de amor, pero también de justicia y pronto restaurará Su justicia en medio de nosotros.
Ese día grande y temible vendrá y la recompensa para su «especial tesoro», para los que le temen, será de recompensa eterna.
Arnold Enns
Presidente de Coicom
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