La medida de la municipalidad colocará a esta ciudad bajo el juicio divino

(Agencias – Verdad y Vida).-
El domingo 21 de junio, la municipalidad de Tel Aviv-Jaffa informó que permitiría a las parejas del mismo sexo y a las parejas no tradicionales registrar su unión en el ayuntamiento para beneficiarse de los derechos matrimoniales.
El alcalde de la ciudad, Ron Huldai anunció la decisión para que coincida con la Semana del Orgullo en Israel.
La nueva política permitirá a las parejas obtener reducciones en el impuesto sobre la vivienda y otros beneficios, incluyendo servicios de guardería.
“En honor a la Semana del Orgullo, hemos decidido desafiar al gobierno y permitir que las parejas declaren su unión”, señaló Huldai en una declaración publicada en Facebook.
“Esperamos que el gobierno también entre en el siglo XXI y defienda los derechos de la comunidad LGBT en la ley y el derecho a casarse, a tener responsabilidades parentales iguales, a ser protegidos de los crímenes de odio junto con el acoso en el lugar de trabajo, y más”.
Aunque el matrimonio entre homosexuales no es ilegal, el Rabinato jefe de Israel, que tiene jurisdicción sobre los servicios matrimoniales en el país, se niega a realizar o reconocer tales uniones.
Las parejas que no pueden o se niegan a que sus matrimonios sean consagrados por el Rabinato Principal pueden elegir que las uniones civiles, interreligiosas y del mismo sexo se realicen en el extranjero, generalmente en la vecina Chipre. El Estado reconocerá legalmente el matrimonio después de que las parejas registren su unión en el Ministerio del Interior de Israel.
Aunque está diseñado principalmente para las parejas LGBT, el cambio en la política de matrimonio también permitirá que las parejas seculares y las que se oponen a los matrimonios religiosos sean reconocidas como casadas sin tener que salir del país.
ABOMINACIÓN A DIOS
A pesar de que las Sagradas Escrituras condenan la práctica homosexual y toda desviación sexual, el alcalde de Tel Aviv, actual capital de Israel, abre las puertas a la desobediencia a Dios y su Palabra eterna, por lo que se espera que esta abominación traiga el juicio divino que las mismas Escrituras anuncian.
Esta medida depravada es una muestra más del avance de la descomposición moral y espiritual de la nación que alberga al pueblo elegido de Dios; de manera que quienes están llamados a ser luz y ejemplo a las naciones son quienes violan los mandamientos, preceptos y ordenanzas del Dios Eterno.