El Señor nos dice que, para ser discípulo, hay que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirle
Gota: “El que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí” (Mateo 10:38).
Esta es la primera vez que el Señor Jesús menciona la palabra cruz a sus discípulos, para ellos esta palabra habría envuelto una imagen de violencia, muerte degradante, pero aquí simboliza la necesidad de un compromiso total, incluso hasta la muerte física, y haciendo de este llamado a la sumisión total una parte del mensaje a proclamar a otros.
Hay personas que afirman que existen muchas diferencias entre un discípulo y un creyente, pero el Señor nos dice que para ser discípulo, hay que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirle.
Ser discípulo es confesar a Cristo como Señor y Salvador, creer que Dios lo ha resucitado de los muertos y confesar públicamente esa fe mediante el bautismo, usted no tiene que esperar en algún futuro de su vida cristiana alcanzar un nivel determinado de madurez. Al recibir a Cristo usted recibe el Espíritu Santo y Él le ayuda a obedecer cualquier cosa que Cristo le ordene.
Valor: ¿Es usted un discípulo?
Dios le bendiga.
Ramón Tovar
Pastor y columnista
tramon63@gmail.com