(Fuerza Latina/ VyV – SANTIAGO).-
John Cobin, Ph.D. y Académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello en Chile, asegura que el crecimiento de los evangélicos chilenos podría mejorar el progreso de esta nación.
Cobin, basa sus argumentos en el libro: «La ética protestante y el espíritu del capitalismo», escrito por el filósofo y economista Max Weber quien señala que los países más desarrollados del mundo tienden a ser protestantes, al menos históricamente.
«Podemos comprobar esto cuando comparamos Australia y Nueva Zelanda con sus vecinos, Estados Unidos y Canadá con México y Europa norte y Europa sur», dice Cobin.
El economista, asegura que existe un mayor desarrollo en países influenciados por protestantes de Inglaterra como Hong Kong y Singapur y países recientemente protestantes como Corea del Sur, lo que indica que la teoría de Weber es válida, aunque hay excepciones como Japón y Dubái.
Sin embargo, Cobin destaca que este progreso viene de la «ética en el protestantismo que agrada a Dios, la de trabajar para enriquecerse. Esta religión no menosprecia la riqueza ni los ahorros. Por el contrario, un prudente y sabio cristiano debe usar sus talentos para administrar sus recursos en este mundo y aumentarlos».
«Obviamente la generosidad y honestidad son importantes también. Por eso las nuevas cifras del censo que revelan más evangélicos y protestantes, debería ser considerados como una bendición para nuestro país», dice el economista.
Recientemente el INE (Instituto Nacional de Estadísticas), informó que en Chile los católicos han bajado de 76.7% en 1992 a 67,4% en el 2012 mientras que los evangélicos y protestantes han subido un poco más de 12% en 1992 a casi 18,0% en el 2012.
Cuando Dios obra
La presencia de Dios en la vida de las personas es la única opción para sanar heridas, perdonar y seguir adelante en su camino. Es importante recordar lo que Jesús le dijo a los apóstoles: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» (Juan 14:6, RVC).
Son muchas las personas que han cambiado su vida, han dejado las calles, las adicciones, el sufrimiento y una vida sin propósito, y han sido restaurados por la misericordia de Dios, la cual es nueva cada mañana.