(El Universal – Verdad y Vida).-
La violencia contra la población infantil recrudece sin dar señal de regresión en los últimos años, alertan defensores de los derechos humanos. Solo en 2015 fueron asesinados 1.026 menores de edad, de los cuales 174 adolescentes y tres niños menores de 12 años murieron por agresiones de funcionarios de seguridad del Estado, lo que supone un aumento de 40 % de la agresión institucional.
Así lo precisa Cecodap en su informe 2015 que totaliza 6.455 menores víctimas de la violencia en el país, lo que se traduce en un incremento de 18 % de los casos en comparación con 2014 cuando se vulneraron derechos a 5.456 jovencitos. En lo que va de 2016, solo en la Gran Caracas 62 menores de edad han perdido la vida producto de la violencia.
En su más reciente estudio Cecodap además reporta 750 homicidios por violencia social, 41 fallecidos por maltrato familiar, 32 víctimas por disparo accidental, 24 homicidios por violencia sexual y dos asesinatos en colegios.
Fernando Pereira, coordinador general de Cecodap, organización dedicada a la protección de niños y adolescentes, asegura que es el tipo de violencia más frecuente y la atribuye a la inseguridad y la delincuencia. «Los fallecidos por esta causa son víctimas de robos, balas perdidas y de la inseguridad», agregó.
En 2015 los homicidios contra menores repuntaron 12,5 %, si se compara con 2014 cuando 912 niños fueron asesinados. En el territorio solo tres estados concentran 47 % de los hechos, siendo Miranda la entidad con más casos (18 %) seguida por Carabobo (15 %) y Aragua (14 %).
De acuerdo con el estudio de Cecodap, «el homicidio es la máxima representación la masculinización de la violencia social» con 750 varones asesinados, 91 % del total de víctimas.
Las estadísticas revelan que el entorno social y escolar son los más afectados por la violencia, con 2.534 y 1.671 niños vulnerados, respectivamente. La psicopedagoga Marta Millán, quien imparte clases en Antímano y La Pedrera, advierte que son muy pocas las opciones que tienen los estudiantes para salir de la violencia.
Cecodap además revela la otra cara del drama, donde niños y adolescentes encarnan la figura de victimarios y se convierten en agentes de agresión. Según precisa el balance, 2.978 menores estuvieron involucrados en hechos delictivos: 39 % participó en robos, 8,83 % en nacotráfico, 8,53 % en homicidios y otros portaban armas. Para la investigación Cecodap analizó 15.398 artículos hemerográficos publicados en 34 diarios.
La otra cara
Estas muertes violentas, atribuidas en su mayoría a la violencia e inseguridad del país, realmente son producto de muchos hijos creciendo sin padre o con padres que no ejercen su autoridad sobre ellos.
Todos los niños necesitan la figura de un padre que les enseñe los valores y principios que están claramente expuestos en la Biblia, así como velar por ellos y proveer todo lo necesario para su crecimiento, incluyendo hacerlos sentir amados.
Cada niño que crece para ser un ladrón, asesino, estafador, entre otros comportamientos desagradables ante los ojos de Dios, en mayor grado es porque no tuvo una figura paterna que ejerciera su autoridad sobre este y que le enseñara la diferencia entre el bien y el mal.
Los niños que son asesinados, también se muestran claramente sin la presencia de una figura paterna, pues en casi todos los casos no sabían dónde estaban ni con quién estaban al momento de sus decesos. La figura del padre debe llevar a que sus hijos los respeten y obedezcan.
Por eso exhortamos a los padres a cuidar y velar por sus hijos, a amarlos y a verlos crecer y manejar su vida como le agrada al Señor: «Ustedes los hijos, obedezcan a sus padres en todo, porque esto agrada al Señor. Ustedes los padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desalienten» (Colosenses 3:20-21. RVC).◄