El cristianismo está llamado a ser “sal y luz” de la tierra en medio de este cada vez más decadente mundo, mas si no lo cumple será pisoteado

(Especial).-
CIUDAD DE GUATEMALA.- El periodista, historiador y teólogo, Dr. César Vidal, hizo importantes señalamientos en una reciente entrevista que le hicieron en Guatemala en cuanto al globalismo y el papel de la Iglesia frente a esta inminente amenaza mundial.
“Posiblemente en estos momentos la agenda más inquietante que provocaría mayor inquietud es la agenda globalista, que no es lo mismo que la globalización, hay gente que lo confunde, pero son cosas distintas. La globalización significa que en Guatemala tu produces un magnífico chocolate que van a poder comprar en Japón o que van a poder comprar en California, Italia y al mismo tiempo puedes importar el aceite de Italia o puedes importar el sushi del Japón y todos estamos contentos con ello, eso es la globalización que tiene muchos aspectos positivos. La agenda globalista es algo muy diferente, es un proyecto de dominio planetario de dominio global, de dominio universal, que además para poder imponerse tiene que acabar con una serie de escollos que tiene en frente, y esos escollos fundamentalmente son las soberanías de las naciones”, aseguró Vidal.
“Es decir -continúa-, hay que conseguir que las naciones cada vez sean menos soberanas y, por cierto, tengo que decir que Guatemala en ese sentido es uno de los tubos de ensayo de mayor relevancia de la que puedan pensar, incluso los propios guatemaltecos; por su puesto, hay que acabar con la familia, la familia en última instancia es la última trinchera de cualquier cultura humana frente a crisis, como puede ser una crisis económica, una revolución, una guerra, bueno la familia es la última trinchera, el último lugar en el que te escondes y, por supuesto, el cristianismo que tiene una escala de valores que no va a ver con ojos de agrado lo que significa esa agenda globalista; esa agenda en algunos casos se desplaza a través de las organizaciones internacionales y, de hecho, hay organizaciones internacionales que fingiendo que ayudan a las distintas naciones; sin embargo, las esclavizan a través de la deuda a través de imponerle un programa político social concreto, etc.”.
“Esa agenda globalista funciona a través también de la ideología de género. En estos momentos la ideología de género se ha convertido prácticamente en el punto que decide si hay respeto a los derechos humanos o no y porque, además, la ideología de género va a permitir una reducción de la población. La agenda globalista es una agenda que tiene la idea de que el crecimiento de la población es un crecimiento incontrolable, maligno, etc.; y eso tenemos que evitarlo y efectivamente si convencemos a una parte de la población para que derive hacia el transgénero, hacia la homosexualidad y legalizamos el aborto esto va a permitir reducir la población del planeta y de una manera aparentemente limpia”, prosiguió diciendo el periodista e historiador.
Sin embargo, muchos creen que Centroamérica y Guatemala por ser un país relativamente conservador esto pareciera que nunca va a llegar, la circunstancia pareciera, profesor Vidal, nos dice o nos dictamina otra situación y que debemos estar preparados.
– Totalmente. De hecho, debo decir que Hispanoamérica ahora mismo es el campo de batalla, es decir, en Europa salvo algunas excepciones muy conscientes como puede ser, por ejemplo, el caso de Hungría, no digamos ya Rusia; Europa se ha rendido a la ideología de género. La ideología de género, incluso en países como España, implica que aquel que no acepte impartir la ideología de género puede ir a prisión; es decir, puede ser multado, puede ser expulsado de su trabajo como docente y en un momento determinado puede acabar incluso en la cárcel, lo cual es una situación muy grave.
“En Europa hay una pequeña resistencia, el caso de Hungría y de Polonia, dentro de la Unión Europea y fuera de la Unión Europea por parte de Rusia; en el caso de Asia evidentemente pretender que la ideología de género va a hacer que sea admitida por el mundo islámico es algo impensable, China está resistiendo también, porque China considera que la ideología de género es como el opio que envenenó a los Chinos en el siglo XIX; es decir, ellos dicen ‘igual que Gran Bretaña nos obligó aceptar el opio para envenenar a la población China y someternos, el actual opio es la ideología de género’, y entonces el campo de batalla es Hispanoamérica que tiene el precedente tristísimo de España, de otras naciones europeas y, por supuesto, Hispanoamérica, sin ningún tipo de excepción; es decir, la idea es que eso vaya desde el Río Grande hasta la tierra del fuego y que, por supuesto, incluya los pequeños países de Centroamérica, no solo Argentina o el Brasil o Chile o México, sino que esto afecte a los pequeños países”, explicó Vidal.
Por supuesto, nos gustaría escuchar ¿qué podemos hacer nosotros como cristianos y como iglesia?
– Creo que tenemos que defender las posiciones en las que creemos y cuando algunos piensan que pactando con el mal, el mal te va a dejar vivir tranquilo y están olvidando ese pasaje del Sermón del Monte donde Jesús dice que cuando la sal no sala el resultado no es que la sal no queda tranquilita en su estante, sino que la tiran y la pisotean.
“Ustedes son la sal de la tierra. Pero ¿para qué sirve la sal si ha perdido su sabor? ¿Pueden lograr que vuelva a ser salada? La descartarán y la pisotearán como algo que no tiene ningún valor” (Mateo 5:13).
“Esta es una situación que he vivido con enorme dolor, en el caso de mi país de origen que es España, recuerdo cuando en el año 2004 empezaron a aparecer las primeras normas de ideología de género en España que las voces que se alzaron frente a eso fueron voces muy escasas, entre ellas la mía, y desde ese momento empezó la amenaza; sin embargo, en muchos casos hubo cristianos que dijeron ‘este no es nuestro problema, mantengámonos tranquilos dentro de las cuatro paredes de nuestro templo, no avisemos a la sociedad, no defendamos la verdad del evangelio vamos a estar tranquilos’,; ¿qué ha sucedido?, pues que se han ido aprobando normas cada vez más duras, empezaron legalizando el matrimonio homosexual, luego vino la adopción de niños por parejas homosexuales, pero ahora estamos en la etapa de leyes contra discriminación por razón de género, que suena bien porque todo el mundo quisiera que no hubiera discriminación, pero que en realidad son leyes para perseguir a aquellos que no se arrodillan ante la ideología de género y aquellos que decidieron guardar silencio en su momento se han dado cuenta de que el día menos pensado a un pastor lo pueden detener si se le ocurre predicar sobre lo que dice Pablo en los primeros capítulos de Romanos acerca de la homosexualidad, o que de pronto un día le pueden llegar dos lesbianas a su iglesia diciendo que quieren que las case y como diga que no las casa le puede denunciar por discriminarlas por razón de género; entonces, el no haber sido sal en su momento implica que ahora mismo esa sal la están pisoteando”, sentencia César Vidal.
“Jesús no dice que el cristianismo es una marca más de sal o es otra luz más, dice que es ‘la sal’ y ‘la luz’, y si efectivamente el cristianismo no cumple con su función de ser la sal la sociedad en la que vive será una sociedad que al no estar conservada por la sal cada vez se corromperá más hasta llegar a podrirse por completo. Entonces estamos contemplando ya atrocidades terribles, pero este es solo el inicio de lo que podemos llegar a ver si el cristianismo no actúa como sal y como luz, y esto debería ser un clarinazo de alarma; tenemos que ver las señales de los tiempos y no solo verlas y decir: bueno esto significa que Cristo está cerca, eso no lo podemos saber, tenemos que ver la señales de los tiempos y cumplir con nuestra misión, y nuestra misión es ser la sal y la luz en una sociedad que si no tiene esa sal se corromperá y si no tiene esa luz lo único que puede hacer es tropezar en medio de las tinieblas”, puntualizó el Dr. César Vidal.◄