(Editorial Clie).-
El apóstol Pablo anima al joven Timoteo con estas palabras: «Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad» (2ª Timoteo 2:15). Este pasaje resuena hasta nuestro días enseñándonos la importancia de tener una comunión con Dios, y de utilizar Su Palabra correctamente, con el fin de estar «siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros» (1ª Pedro 3:15).
La gran oportunidad que tenemos de inquirir, profundizar, meditar y aprender de la Palabra de Dios a través de estos comentarios exegéticos tan completos anima al alma a amar al Creador y Dios de la Palabra. La posibilidad de llegar a las palabras originales y entenderlas de una forma simple nos permite ampliar nuestro conocimiento y la transformación que éste debe traer a nuestras vidas cotidianas.
Las dos cartas a los Tesalonicenses tienen mucho material afectivo, práctico, teológico y lleno de esperanza. Saber que seremos arrebatados cuando Cristo venga, entender cómo reconocer a los falsos maestros y de qué manera vivir una vida santa son algunos de los temas que el apóstol Pablo desarrolla para mantener nuestra fe y mirada en las cosas de arriba.
Samuel, el autor de este comentario, cumple las palabras de Nehemías 8:8 «Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura». Nos lleva de la mano, página a página, descubriendo las maravillas del texto sagrado; la sencillez con la que aprendemos es simplemente fantástica.
Para un joven pastor que está comenzando su carrera pastoral, es imprescindible tener un buen material. Sin duda esto hace honor al que escribe y, sobre todo, a Aquel que lo capacitó para llegar a esta calidad de comentario.