(Agencias/ VyV – DAMASCO).-
Siria es un país que ha vivido en guerra civil durante los dos últimos años. En este conflicto bélico, los opositores del oficialismo sirio batallan contra el gobierno del presidente Bashar Al-Assad mediante la lucha armada, y estos opositores a su vez, han sido seguidos por una serie de contra ataques por parte del gobierno sirio.
Este conflicto ya es suficiente confrontación para cualquier país en general. Ha logrado hundir a la sociedad siria y ha causado un gran número de muertes, caos, desesperación e inestabilidad en las comunidades. Los cristianos, sin embargo, podrían terminar siendo la comunidad más afectada, ya que deben lidiar con una preocupación adicional, como lo es la persecución por adorar a Cristo.
Pese a sus esfuerzos por no tomar partido, los rebeldes les identifican con el régimen de Al-Asad, que a su vez no hace nada para protegerles. La revolución se ha cobrado la vida de 14.000 personas, entre ellos varios fieles cristianos y algunos sacerdotes, que comprenden un nueve por ciento de la población.
Antes de la guerra, Siria contaba con 21 millones de habitantes, de los cuales aproximadamente dos millones se consideraban cristianos. Esta misma situación ocurrió en Irak, pero los sirios jamás pensaron que esto podía llegar a sucederles a ellos por igual. Actualmente y desde hace algún tiempo, los cristianos sirios están huyendo masivamente por las amenazas, secuestros, violaciones y asesinatos.
Debido a la cantidad de cristianos y población en general que ha decidido emigrar, se teme que el país se quede vacío de cristianos. Este caos ayuda a incrementar las redes de tráfico ilegal de personas. El Líbano es uno de los destinos de los cristianos huidos de Siria. Otros esperan poder llegar a Alemania o Suecia. Un caso claro de esto es la ciudad sueca de Sodertalje, a donde llegan cada semana, una media de 35 familias sirias.
Sin protección
Los cristianos que siguen en Siria se ven a sí mismos como un blanco fácil. Por un lado tienen la sensación que las autoridades no hacen nada para protegerles. Por otro, están convencidos de que el avance de grupos islamistas puede ser su sentencia de muerte.
Por su parte, Puertas Abiertas Internacional y Human Rigths Watch (HRW) han publicado informaciones que confirman el estado de gravedad en cuanto a la persecución y violencia en este país. Para los pastores que se encuentran en zona de guerra la importancia radica en mantener a la Iglesia presente en Siria, pues si la Iglesia se va del país, ocasionará la destrucción espiritual de la nación.
La reconocida HRW, ha informado de saqueos de iglesias, lugares de culto que han sido quemados y corrobora también los asesinatos y secuestros. Todas estas situaciones de terror son frecuentes entre toda la población pero afectan de forma especial a cristianos en zonas abandonadas por las autoridades del Estado, y que han caído en manos de milicias islamistas.
Según las estimaciones de la ONU de enero de 2013 habrían muerto en la guerra civil siria un total de 60.000 personas. La misma fuente habla ya de 700.000 refugiados, que habrían llegado a países vecinos como Líbano, Turquía, Jordania e Irak.
Siria ocupa el puesto número 11 en la Lista Mundial de Persecución de Cristianos que publicó en enero Puertas Abiertas Internacional, y los cristianos sufren allí «persecución extrema», según la organización. Se trata del país que ha hecho el salto negativo más importante en los últimos meses, ya que en la clasificación de hace un año ocupaba el puesto 36 (persecución moderada).
Continúa así la disminución de libertad para que los hermanos en Cristo puedan adorar y alabar al Señor en cada uno de sus países. Irán, Rusia, Siria, Corea del Norte y muchos más, están haciendo hasta lo imposible para salvar y arrebatar las almas para Dios sin importar el padecimiento que puedan sufrir y, de esta forma sirven de ejemplo para aquellos que cuentan con la libertad de culto y no la aprovechan.