“Yo y el Padre uno somos”. Cristo asegura eso porque, precisamente, Él y el Padre son uno; entonces Jesucristo también es Dios

Actualmente en Venezuela y en otras naciones de América Latina hay un creciente movimiento pro-islamista para tratar de convertir a las personas a esa religión, creencia que jamás ha tenido incidencia ni afectos a ella que no sean de aquellos que emigraron a nuestros países desde sus naciones con el islam como su confesión de fe.
Venezuela siempre ha sido respetuosa de la libertad de culto, desde la misma independencia, a través del gobierno del general José Antonio Páez y se ha mantenido en nuestras constituciones hasta el día hoy. Pero eso no significa que los practicantes del islam pretendan ganar adeptos entre la población que reconoce a Jesucristo, desde la colonia, como el Hijo de Dios; Dios hecho hombre, usando argumentos falsos que denigran de nuestro Señor y Salvador.
Precisamente los musulmanes, quienes matan a quien se atreva a hablar de su máximo líder y profeta, son en nuestra nación y continente quienes mienten acerca de la deidad de Cristo, irrespetando a quien dejó su trono eterno y vino a la tierra en forma de hombre para predicar la verdad y morir en la cruz por el perdón y la salvación de toda la humanidad, incluidos los musulmanes que lo irrespetan; porque el Dios nuestro, el verdadero, sí vino del cielo y regresó victorioso al cielo, a diferencia de los falsos dioses de las demás religiones.
Los musulmanes están enseñando cinco puntos que contrarían a la persona de Cristo para tratar de confundir a los cristianos de poco fundamento bíblico y ganarlos para su religión. Trataremos de responder a cada uno de estos falsos argumentos usando la eterna Palabra de Dios contenida sólo en la Biblia lo más breve y conciso posible.
Ellos anticipan sus argumentos con la pregunta: «¿Por qué Cristo no es un dios?». Y nosotros iniciamos nuestras respuestas señalando que efectivamente Cristo no es «un dios», ya que Él ES DIOS, junto al Padre y el Espíritu Santo son un solo Dios manifestado en tres personas perfectamente unidas y que crearon todo lo que existe, «sea visible o invisible».
Los cinco argumentos y nuestra respuesta son:
1.- Cristo vivió en el vientre de su madre y Dios no vive en el vientre de un ser humano.
Respuesta: No sólo los musulmanes, sino muchísimas otras religiones tropiezan con el tema de la encarnación y nacimiento de Cristo a través de una virgen, y es hasta ‘normal’, porque el hombre común no concibe que Dios pueda hacerse hombre, por lo que no entienden ni creen que Jesús sea Dios. Pero esto fue profetizado en el libro del profeta Isaías (7:14); también por el ángel Gabriel a María cuando era virgen (Lucas 1:26-38); así como se predijo la ciudad de nacimiento de Cristo, en Belén de Judea (Miqueas 5:2; Mateo 2:5-6).
2.- Porque Cristo estaba en el vientre de su madre, ¿quién era el Dios que hizo que las cosas sucedan?
Respuesta: Elohim, el gran Yo Soy que se reveló a Moisés, siempre habló en plural desde el principio: «Entonces dijo Dios: “¡Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza!…”» (Génesis 1:26). Cuando confundió las lenguas de los hombres en Babel, también dijo: «Así que descendamos allá y confundamos su lengua…» (Génesis 11:7). Dios se manifiesta en tres personas: «Padre, Hijo y Espíritu Santo»; una prueba indudable de ello se presenta cuando Jesús baja a las aguas junto a Juan el Bautista para recibir el bautismo, y en ese mismo instante que el Hijo está en el agua, los cielos se abren y el Padre dice: «Tú eres mi Hijo amado, en quien me complazco», al mismo momento descendía el Espíritu Santo en forma como de paloma sobre Cristo (Mateo 3:6-7). Los tres se manifestaron en el mismo momento y con un propósito en común: dar a conocer a Cristo como el Señor y Salvador enviado al mundo.
El mismo apóstol Juan escribe en su evangelio que Jesús es la Palabra hecha hombre, Él es la luz de los hombres; «en el mundo estaba y el mundo fue hecho por medio de Él, pero el mundo no lo conoció… Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y contemplamos su gloria, como la gloria del unigénito del Padre lleno de gracia y de verdad» (Juan 1:1-14). Fue el Espíritu Santo quien lo puso sobrenaturalmente en el vientre de María que era virgen para ese momento, para que Jesús mantuviera su condición divina no contaminada por el pecado humano y fuese el perfecto Cordero para que su sangre pura y santa fuera efectiva para el perdón de los pecados de la humanidad, incluyendo a los musulmanes, si es que le aceptan como su único Señor y Salvador. Por eso el ángel Gabriel le anticipó a María: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios» (Lucas 1:35). El mismo Espíritu Santo que lo puso en el vientre de María fue el mismo que le resucitó al tercer día.
3.- Si Cristo es Dios, ¿cómo lo llamaría su madre mi hijo o un dios?
Respuesta: Como es normal, María siendo la madre terrenal de Jesús siempre lo llamó «hijo» y seguramente Él la llamaba madre, de esa etapa de la vida de Jesús la Biblia no da detalles; pero de lo que si hablan reiteradamente los evangelios es que Cristo, una vez siendo adulto y cuando comenzó su ministerio mesiánico JAMÁS la llamó «madre», siempre se dirigía a ella como «mujer» (Juan 2:4, 19:26, entre otros pasajes).
Eso no significa que ella no supiera que Él era su Señor y Dios, porque desde el mismo momento que el ángel Gabriel le reveló que había sido escogida por Dios para traer al mundo al Mesías Jesús, Hijo del Altísimo (Elyon, en hebreo), «María dijo entonces: “Yo soy la sierva del Señor. ¡Cúmplase en mí lo que has dicho!”. Y el ángel se fue de su presencia» (Lucas 1:38). Está claro que Jesús no fue ‘un dios’ para María ni para nosotros, sino que Jesucristo ES DIOS y así lo reconoció ella.
4.- Cristo estaba comiendo y durmiendo, ¿qué dios come y duerme?
Respuesta: Cristo fue cien por ciento Dios y cien por ciento hombre, por eso hacía los milagros que más ningún hombre pudo hacer, que hasta la naturaleza y el mismo Satanás y sus demonios le obedecían; siendo hombre por supuesto que comía y dormía, porque esas son necesidades fisiológicas vitales para los hombres; sin embargo, la Biblia revela que una vez resucitó y estuvo apareciéndoseles a sus discípulos durante 40 días en cuerpo glorificado, él comió con ellos en varias oportunidades, una de ellas fue cuando…
«Todavía estaban ellos hablando de estas cosas [de su resurrección], cuando Jesús se puso en medio de ellos [se les apareció sobrenaturalmente] y les dijo: “¡La paz sea con ustedes!”. Ellos se espantaron y se atemorizaron, pues creían estar viendo un espíritu; pero Jesús les dijo: “¿Por qué se asustan? ¿Por qué dan cabida a esos pensamientos en su corazón? ¡Miren mis manos y mis pies! ¡Soy yo! Tóquenme y véanme: un espíritu no tiene carne ni huesos, como pueden ver que los tengo yo”. Y al decir esto, les mostró las manos y los pies. Y como ellos, por el gozo y la sorpresa que tenían, no le creían, Jesús les dijo: “¿Tienen aquí algo de comer?”. Entonces ellos le dieron parte de un pescado asado, y él lo tomó y se lo comió delante de ellos» (Lucas 24:36-43). Él comió siendo hombre y siguió comiendo tras resucitar y adquirir un cuerpo glorificado.
5.- No hay un solo versículo en la Biblia que diga «yo soy Dios». Y si existen tráiganlas.
Respuesta: este es el más absurdo de los cinco alegatos del islam. Dios se reveló a Moisés como «¡Yo Soy el que soy!» (Éxodo 3:6,14), y Cristo dijo en siete oportunidades acerca de sí mismo y de sus atributos divinos «Yo Soy», y así lo reseña el evangelio según el apóstol Juan:
«Yo Soy el pan de vida» (Juan 6:35; en cumplimiento de Éxodo 16; Deuteronomio 8:3; Salmo 78:23-25).
«Yo Soy la luz del mundo» (Juan 8:12; en cumplimiento de Éxodo 13:17-22; Éxodo 14:19-20; Isaías 42:6 y 49:6).
«Yo Soy la puerta» (Juan 10:9; en cumplimiento del Salmo 118:20).
«Yo Soy el buen pastor» (Juan 10:14; en cumplimiento de Salmo 23; Ezequiel 34 y Jeremías 23; Isaías 40:11; Números 27:15-18; Miqueas 5:4).
«Yo Soy la resurrección y la vida» (Juan 11:25; en cumplimiento de Génesis 1-3; Isaías 53:10).
«Yo Soy el camino, la verdad y la vida» (Juan 14:6; en cumplimiento de Éxodo 26:33; Levítico 16).
«Yo Soy la vid verdadera» (Juan 15:1; en cumplimiento de Isaías 5:1-7 [la viña desolada] e Isaías 27:2-6 [la viña fructífera]).
Pero el pasaje más poderoso e impactante fue donde Jesús aseguró: «Yo y el Padre uno somos» (Juan 10:30); si los musulmanes quieren un pasaje bíblico que compruebe la deidad de Cristo, pues ahí los tienen. Además, Jesús señaló:
«Si me conocieran, también conocerían a mi Padre; y desde ahora lo conocen, y lo han visto… El que me ha visto a mí, ha visto al Padre… ¿No crees que yo estoy en el Padre, y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre, que vive en mí, es quien hace las obras» (Juan 14:7-10). Cristo asegura eso porque, precisamente, Él y el Padre son uno; entonces Jesucristo también es Dios. Y punto.
Que los musulmanes se rehúsen a creerlo no anula ese hecho trascendental de que Dios Hijo se haya hecho hombre, haya hecho milagros, portentos, haya pisoteado a Satanás venciéndolo en la cruz y resucitando al tercer día, suprimiendo todo dominio y sentándose a la derecha de la majestad de Dios en las alturas (Efesios 1:19-23).
Harían bien en preguntarle a la cada día creciente cantidad de musulmanes a quienes Cristo, el Hijo de Dios, se les está revelando directamente en sueños y visiones, si Él es Dios o no. ¿Qué los hace convertirse a Cristo de corazón a pesar de las amenazas de muerte que pesa sobre quien abandona el islam?, es una pregunta que ahora les hacemos a ellos, la que no creo que jamás nos contesten.
Jesucristo les ama, como ama a toda la humanidad hecha a su imagen y semejanza, en Él tendrán perdón, paz y salvación eterna. Si quieren tener la seguridad de si Él es Dios o no, tan sólo deben preguntárselo, Él es un Dios vivo y misericordioso que responde a quienes claman a Él.
GDB