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Cumplimiento de la promesa de Dios a los obedientes de Venezuela (Isaías 55), Edson Contreras

Estas cosas he entendido son para los que en Él obedecen a sus palabras.
Esta es la respuesta a los que en Él han confiado.
Esta es la respuesta a los que han puesto en Él su atención y su obra es la de sus palabras.
Cerca está el cumplimiento de su promesa y de su pacto con los obedientes.
Y esto oí: «Ay, ay, ay de mi nación que se corrompe».
Y esto se me dio a entender: «Es este el tiempo de volverse atrás, pues no le será tropiezo el pecado al justo si este se volviera de su mal camino.
¿Qué será del injusto que no ha conocido al que no es su Señor?
Es tiempo este para la redención de mi nación.
Es el tiempo de la justicia y de comer del fruto de los que YHWH Elohim ha sembrado y de lo que Él ha dicho de esta nación, tiempo es del cumplimiento de sus palabras.
Tiempo es este de alegría y de victoria.
Tiempo es de la exaltación de su nombre.
Porque Él habrá hecho cumplir su palabra.
Tiempo del desenlace».
Y puesto en pie después de estas cosas, vinieron a mí estás palabras, las cuales pronuncie audiblemente con mi boca:
«…para esto nací, para esto viviré».
Y supe que era en relación al anuncio de su palabra.
Y oí: «No se enlutará más mi alma por esta nación, ni por el injusto».
Y vino visión y vi:
Una puerta delante de mí, y vi una de sus bisagras, y esta no tenía la clavija que la sostenía, y en su lugar sangre roja fresca escurría, y vi la puerta caer, y yo estaba allí y desde adentro del lugar oscuro que cerraba esa puerta vi como fuego, no como fuego hecho por hombres entró a aquel lugar, era un fuego blanco y resplandeciente. Y vi todo aquello y pregunté en mi alma:
«¿Qué es esto?».
Y sentí profundo dolor en mí, y quejido y lamento salió de mi boca por lo que veía.
Y oí: «Sangre y fuego habrá en la casa del injusto».
Y de nuevo dolor y queja salió de mí.
Y no podía yo levantar mi mirada, mi cara cubría entre mis brazos, y se estremeció mi ser.
Y vi algo que me sorprendió aún más…
Vi una mano de mujer que extendía hacia mí, y era una mano hecha de vegetación verde, y vi una mujer, y esta hecha de verde, bosque y selva, y vi entre sus pechos una imagen rodeada de neblina.
Y oí: «el Auyantepuy».
Y era esta mujer de ojos hermosos, y sus labios sonreían.
Y mirándola supe lo que en palabras oí:
«Nueva VENEZUELA».
Levanté mi rostro y sentí gran serenidad. Y sentí como cuando todo termina y queda en calma después de una gran pesadilla.
Esto oí después de todo lo otro:
«No esperen el desenlace de los acontecimientos, esperen su redención. Porque todos veremos el sufrimiento, pero todos no podrán contarlo. Muchos esperan ver el sufrimiento de los injustos y la paga de los malvados, y no se guardan en su corazón, pues deseo de juicio hay en ellos, ¿cómo es que no sabes tú que también mereces ser juzgado? Cuiden su santificación, el desenlace vendrá para poner final a los injustos, no seas tú contado entre ellos por la maldad que hay en tu corazón».

EYNT/ Edson Contreras
Profeta

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