Los desidiosos se quejan, desean, sueñan, logran y viajan desde una cama o hamaca; su delicia es la pereza

“La mano de los diligentes señoreará; mas la negligencia será tributaria” (Proverbios 12:24. RVR60.
El negligente es aquella persona que no pone el cuidado, la aplicación y la diligencia debidos en lo que hace, en especial en el cumplimiento de una obligación. Es decir, que tiene falta de ganas o de interés al realizar una cosa.
Los desidiosos se quejan, desean, sueñan, logran y viajan desde una cama o hamaca; su delicia es la pereza. Procrastinar es otra de sus pasiones; que otros trabajen, y ellos ganen sin mover un dedo.
La negligencia es un mal que destroza familias y a emprendedores. No seamos desidiosos en el trabajo, amor, fe y esperanza; sobre todo en la búsqueda de la presencia de DIOS. Nacimos para ganar, y también para trabajar con sumo esfuerzo. ¡Vamos, no desmayes, arriba! La flojera nunca llevará felicidad a la mesa.
Harold Paredes Olivo
Pastor, comunicador y autor
haroldwjparedes@gmail.com