(Fuerza Latina – Verdad y Vida).-
Muchos cristianos se han visto obligados a huir de Alepo por el conflicto violento en Siria. Sin embargo, un pastor está convencido de que debe quedarse en la ciudad y hablar de su fe porque con el mensaje de Jesús, muchas vidas serán salvadas.
Antes de la guerra más de 200.000 cristianos residían en la ciudad, pero ahora solo quedan alrededor del 20 por ciento. A pesar de esta situación el pastor Alim [nombre referencial por razones de seguridad] ha permanecido allí con su congregación, según informa World Watch Monitor.
«Siento un llamado de Dios. Él quiere que esté aquí hasta el final, hay mucho trabajo que hacer en Alepo», dijo el pastor Alim. La violencia en la ciudad es un fenómeno generalizado: «La situación en Alepo ha sido inestable durante mucho tiempo ahora el alto al fuego solo dura un corto tiempo, tan pronto como la gente recupera el aliento, la lucha comienza de nuevo…».
Añadió que «el otro día, cuando terminamos nuestra reunión el viernes, una bomba explotó junto a la iglesia, matando a una niña y a su hermano. El domingo, cuando nos preparábamos para ir a la iglesia, bombas explotaron alrededor de nuestra casa».
En medio de esta guerra, el objetivo de la iglesia de Alim es llegar a los musulmanes y los cristianos para apoyar sus necesidades. Ellos pagan alquiler, proporcionan apoyo médico y su iglesia ha excavado un pozo para que la comunidad pueda tener acceso a agua potable limpia. Como resultado de ello, muchos musulmanes han sido más abiertos al cristianismo y se han convertido posteriormente.
Alim todavía anhela la paz, él pide que las personas «oren por un acuerdo para poner fin a los combates, para que así puedan vivir una vida normal otra vez». Dice que a pesar de la lucha y la incertidumbre, su fe ha crecido: «hemos pasado por situaciones muy difíciles, no sé cómo pero sentimos esa paz y tenemos esperanza, creo que Dios nos ha dado el doble de su gracia».
Dice la Palabra de Dios que para el que cree, todo es posible, y tanto Alim como quienes se congregan en su iglesia, han aprendido a vivir por fe y no por vista.◄