(Agencias/ VyV – REDACCIÓN).-
La vida de un niño de ocho años de edad dio un giro muy grande cuando su pequeño hermano falleció mientras jugaba con él. El pequeño Donnie McClurkin jamás se imaginó que la muerte de su hermano lo llevaría al mundo de la homosexualidad.
Después del funeral, Donnie y sus hermanas fueron a casa con un tío, mientras sus padres permanecían en la funeraria. Esa misma tarde, el tío abusó sexualmente de Donnie y de un par de sus hermanas. Por miedo y confusión, los niños decidieron no decirles nada a sus padres.
«La semilla de perversión fue plantada en mí a través de esa violación», comenta Donnie. «Mi vida cambió completamente y me hizo vivir como en el infierno. Un niño de ocho años no puede manejar ese tipo de situaciones, y eso activa algo en un niño de ocho años que se supone no debe sentir hasta la pubertad… Cosas empiezan a pasar por la mente de un niño de ocho años que no deben estar ahí porque la caja de Pandora fue abierta y no puedes cerrarla», asegura el ministro de la música.
Donnie era un niño tímido, solitario y no tenía muchas habilidades para practicar deportes pues había nacido con sindactilia (fusión de dos o más dedos de las manos o pies). Sus compañeros y conocidos se burlaban de él, por lo que Donnie sentía que no encajaba en ninguna parte.
Encuentro con Dios
Durante el verano de 1969, recibió a Jesús en su corazón como Señor y Salvador en la iglesia Tabernáculo del Evangelio Amityville. Para él, la iglesia se convirtió en un lugar más terapéutico que otra cosa porque era su lugar de escape. Como no lograba crear un grupo de amigos, Donnie se dedicó a tocar piano y a disfrutar de la seguridad que le daba Dios a través de la música.
Cuando tenía 11 años, Donnie conoció a un cantante de música góspel, Andrae Crouch. Él oró por el pequeño y le pidió al Señor, al mismo tiempo que ponía sus manos sobre él, que le diera de lo que le había dado al mismo Andrae. Donnie recuerda que desde ese día, su oído musical se afinó y pudo percibir las notas y la música en general de una manera más clara que antes.
A pesar de que Donnie fue sexualmente abusado nuevamente cuando tenía 13 años, esta vez por el hijo de aquel tío que abusó de él originalmente, y como vivía entre mujeres, entró en una etapa de confusión sobre su orientación sexual. «El mundo femenino era el único que conocía», recuerda.
Al ver sus ademanes y gestos femeninos en un varón de 13 años, una hermana de la iglesia tomó la determinación de ayudar al joven a recobrar su masculinidad al mismo tiempo que el Señor hacía la obra en él. Ella le enseñó a sostener el micrófono como un hombre, a cantar con tono más bajo en su voz y a entonar cánticos de alabanza y adoración como los hombres lo hacen. «Ella se atrevió a hacer lo que nadie hizo y me ayudó a cambiar mi vida», asegura Donnie.
Éste continuaba cantando y practicando en el piano, aunque en la escuela lo conocían como «el predicador», pues le hablaba de Dios a todas las personas para que supieran la verdad del evangelio. Al mismo tiempo, comenzaba un grupo de música góspel junto a sus hermanas y algunos amigos.
Tiempo de cambios
Fue así como McClurkin fue seleccionado para cantar un solo en una tienda de música cristiana por la familia Winan y se convirtió en el aprendiz y amigo cercano de los Winan. Esta amistad ayudó a Donnie a vivir en un ambiente sano, entre parejas y amigos que estaban dispuestos a ayudarlo y enseñarle el buen camino, el camino al Padre celestial. Junto a los Winan, él tuvo la oportunidad de participar en obras de Bradway.
A sus 29 años de edad se mudó con esta nueva familia a Detroit, EE.UU, para ser parte de la iglesia que el Señor había enviado a Marvin a pastorear. Luego de un tiempo de vivir con los Winan, era hora de que Donnie tomara las riendas de su vida y se mudara a su propio apartamento. Aunque al principio le pareció fuerte, entendió que Marvin intentaba ayudarlo a ser responsable y a valerse por sus propios medios por amor a él.
De esa forma, McClurkin tomó las riendas de su vida, vivió lo que es ser un hombre y desde ese momento fue libre en otra área y el homosexualismo no fue nunca más parte de su vida. Después de un tiempo en Detroit, Donnie, por instrucciones del Espíritu Santo, se mudó a Nueva York, y con el respaldo de Savoy Records, creó un coro al que llamó ‘El coro de Restauración de Nueva York’ y grabó varios solo con disqueras como Warner Brothers Records y Verity Records.
En 1990 tuvo algunos problemas con su salud y después de unos exámenes el resultado arrojó que tenía leucemia. Tras una cadena de oración y ayuno por la salud del joven músico, al recibir los resultados de un nuevo examen que suponía confirmar la enfermedad, no se encontró evidencia alguna de un cáncer. Fue un gran milagro de Dios en su vida, el cual Donnie agradece a diario en adoración y alabanza.
Al servicio del Señor
En esta nueva etapa de su vida, se dedicó a servirle al Señor a través de liderar grupos de estudios bíblicos en la ciudad de Nueva York, y un grupo de alabanza todos los domingos en Hempstead, Long Island. Luego de la alabanza, en el año 2001, pasó a predicar en su propia iglesia «Perfeccionamiento de la fe» en Freeport, Nueva York. «La música puede llevar a las personas al borde, pero el evangelio y la predicación pueden llevar a las personas a un cambio», señaló Donnie McClurkin.
Tras 13 años de servir como pastor y de continuar adorando al Señor, Donnie puede dar testimonio de una vida libre del pecado, libre de la homosexualidad y llena de la presencia de Dios en su vida.
Actualmente, comparte su testimonio para ayudar a quienes han sido abusados sexualmente, así como a aquellos que han llegado al camino de la aberración sexual. Por este motivo, ha sido blanco de ataques por las comunidades gay en los EE.UU, porque lo acusan de mentiroso. «Yo no busco convertir a todos los homosexuales, el que no le quiere abrir su corazón a Jesús, está bien; pero hay personas ahí afuera que están heridas y confundidas respecto a su orientación sexual, que están envueltas en pedofilia y llevan el peso del pecado con ellos… así estaba yo», comenta.
Donnie asegura que con una vida dedicada al Señor, en santidad, en ayuno y oración las personas pueden ser libres del homosexualismo, así lo hizo él y ahora es un hombre restaurado por el Señor.
Nunca se cuestionó por qué Dios había permitido que abusaran de él cuando era tan sólo un niño. Oró y recibió respuesta del Señor un día: «Para que otros sean salvos, alguien debe ser crucificado». Así fue como Donnie McClurkin entendió y se ha dedicado a predicar el evangelio para dar a conocer el mensaje de salvación.
