Desde que Dios creó a Adán, las leyes morales de siembra y cosecha y las leyes sabidas en la conciencia, incluso por personas que nunca han oído el evangelio, son evidentes. La historia muestra que las naciones justas son bendecidas y las naciones injustas son maldecidas. Por ejemplo, la primera y la segunda Guerra Mundial (la supervivencia de la Inglaterra de Churchill y el fallecimiento de Hitler); la Guerra Civil (el Sur perdió porque rechazó renunciar a la esclavitud por razones principalmente económicas); la Guerra de Independencia de los EE.UU (Inglaterra perdió porque estaba oprimiendo injustamente a las trece colonias). La Revolución Francesa fracasó porque defendía el humanismo ateo como su ideal, y más recientemente, la Unión Soviética se deshizo (la maldición de Dios estaba sobre ellos porque el comunismo y el socialismo han promovido la nacionalización mesiánica donde el Estado provee para todas tus necesidades e intenta abolir la fe en Dios). Podemos seguir contando una tras otra. Como suelo decir: la historia es su historia.
¡Es una lección en filosofía moral! ¡Sólo el cristianismo tiene una visión del mundo acertada que abarca toda la historia mundial del pasado, del presente y del futuro! No sólo la historia de la Iglesia, sino también la historia mundial muestran que Dios es soberano sobre todas las naciones y ordena su destino conforme a su soberanía; es importante para los santos entender la historia mundial además de la historia de la Iglesia.
Podemos aprender los caminos de Dios leyendo la historia mundial además de leer la historia de la Iglesia. La historia es simplemente su historia, su plan y su propósito revelado. Estudiar la historia es estudiar a Dios en acción. Incluso, cuando Karl Marx quiso revolucionar el mundo, lo primero que hizo fue perseguir y hacer proselitismo en la gente de los periódicos. ¡Lo segundo que hizo fue ayudar a reescribir la historia para que pudiera marginar y quitarle énfasis a los efectos positivos del cristianismo! Debemos darnos cuenta que cuando las personas llegan a este mundo, heredan los débitos y los créditos de las generaciones anteriores. Es por eso que necesitamos historiadores que puedan mostrarnos una visión global de la historia que ilustre las bendiciones de obedecer las leyes de Dios y las maldiciones de la desobediencia para las naciones.
Ejemplos de la palabra
2° Samuel 21:1-2 dice: «Durante el reinado de David hubo tres años consecutivos de hambre. David le pidió ayuda al Señor, y él le contestó: Esto sucede porque Saúl y su sanguinaria familia asesinaron a los gabaonitas. Los gabaonitas no pertenecían a la nación de Israel, sino que eran un remanente de los amorreos. Los israelitas habían hecho un pacto con ellos, pero tanto era el celo de Saúl por Israel y Judá que trató de exterminarlos».
Esto muestra que Dios le envió a Israel una hambruna al país porque el rey anterior (Saúl) derramó sangre inocente. Por otro lado, Dios preservó a Israel durante el reino del rey Ezequías porque había favorecido el propósito de un rey anterior (David): «Por mi causa, y por consideración a David mi siervo, defenderé esta ciudad y la salvaré» (2° Reyes 19:34). ¡Es imposible saber por qué estamos en el estado que estamos sin conocer el pasado! Dado que toda la historia es importante para Dios, necesitamos saber si algo que ocurrió en el pasado de nuestra ciudad está deteniendo a Dios de llevar a cabo sus propósitos. ¡Además es imposible saber dónde vas (y por qué estas yendo allí) si no sabes de dónde has venido!
Tomado de su libro “Gobernar en las puertas”. Publicaciones Casa. Usado con permiso
Joseph Mattera
Pastor y escritor