Verdad y Vida EL QUINCENARIO CRISTIANO DE VENEZUELA
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El secreto de recibir la providencia divina es compartir lo poco o lo mucho que tengamos
“Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás. Reparte a siete, y aun a ocho; porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra” (Eclesiastés 11:1-2).
Nada sobre esta tierra es nuestro, todo es una especie de fantasía, es como un sueño, del que un día despertaremos. Entonces veremos que la realidad es otra, porque sin duda nada trajimos a este mundo y nada podremos sacar de aquí. Así que apegarse a las cosas terrenales no es sabio, que nuestra felicidad dependa de esas cosas no es inteligente, son cosas que van y vienen.
Ahora bien, está claro que son necesarias esas cosas, y en medio de las calamidades y las desgracias, Dios ha establecido principios para proveernos. El secreto de recibir la providencia divina es compartir lo poco o lo mucho que tengamos, está escrito con mucha claridad, dice: “Reparte a siete, y aun a ocho; porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra”. Nuestro texto inicial habla específicamente sobre, las calamidades que vendrán y siendo generosos, también nosotros recibiremos la provisión de Dios, en los tiempos difíciles.
Quien da al pobre, dice la Biblia, no tendrá pobreza, quien es misericordioso con los demás, será tratado por Dios con misericordia. Pero hay textos que nos hablan con aún más claridad sobre este tema, veamos: “Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza” (Proverbios 11:24).
¿Por qué acumular cosas que no son nuestras, cosas que no nos podremos llevar? Cuando lo vemos del punto de vista correcto, vemos que ser egoístas no tiene sentido, que, para asegurar la generosidad de Dios sobre nuestra casa, lo sabio es practicar la generosidad con los más necesitados. Así lo enseñó Jesús: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir” (Lucas 6:38).
Dios te bendiga.
Fernando Regnault
Maestro de la Palabra
www.abcdelabiblia.com