(Charisma News/ VyV – AMAZONAS).-
Un total de 18 misioneros, entre veteranos y novatos, pertenecientes a la organización Junta Misionera Internacional (International Mission Board, IMB por sus siglas en inglés) emprendieron un viaje al Amazonas para predicar la Palabra de Dios en lugares realmente remotos.
La intención de este grupo es de prepararse en las mismas zonas donde realizarán la evangelización para así tener un mejor concepto de la vida de estas personas que son casi imposibles de alcanzar físicamente, más no espiritualmente.
Donny Barger, un misionero y entrenador de IMB, quien ayudó a comenzar este campamento, dijo que el programa ayudará a preparar de mejor forma a los misioneros para alcanzar a los más de 200 grupos que no se han alcanzado y que habitan en lugares desolados en toda américa. «Son 230 grupos de personas, de las cuales menos del dos por ciento son cristianos evangélicos, que no tienen a alguien que les haga llegar el evangelio», agregó Barger.
Terreno desconocido
Antes de su llegada al campamento, no es mucha la información que les proporcionan a estos nuevos misioneros, sobre el entrenamiento y la experiencia en general. Barger dice que asistir sin ningún tipo de preparación es parte de la experiencia de estos entrenamientos. «Si les das la información completa no sería una verdadera experiencia de aprendizaje», comenta.
Los misioneros en este campamento no tienen acceso a ningún lujo. Las condiciones de vida son bastante limitadas. No hay internet o teléfonos, un generador de energía sólo brinda 2 horas nocturnas de electricidad, no hay tuberías de agua, por lo que el río cercano al campamento cumple con varios propósitos.
Aprendiendo qué es lo importante
Mientras que los misioneros aprenden a subsistir en estos ambientes, también asisten a las sesiones de entrenamiento donde comparten el evangelio con grupos indígenas. También aprenden sobre algunos de los obstáculos más comunes que los misioneros enfrentan como la brujería y hechicería. Los más experimentados comparten sus recomendaciones sobre cómo mantenerse enfocados en Dios.
El grupo también se ve en la necesidad de aprender dialectos -que no se escriben- para poder contarles las historias de la Biblia a las comunidades y así planificar los planes evangelísticos para cada grupo familiar.
Sin importar lo precario de la situación, hombre y mujeres de Dios se han comprometido no sólo en realizar este entrenamiento, sino en evangelizar a los grupos de pobladores que jamás han sido alcanzados en el Amazonas.
Estas acciones que algunas personas toman, son las que unen al Pueblo de Dios y hacen que su misericordia obre en favor de aquellos que le honran.