La mal llamada igualdad solo es un mecanismo de programación mental usado por una minoría para tratar de controlar a la mayoría

La expresión o experimentación de la vida no se basa en la igualdad. La vida está caracterizada por las diferencias. La expresión de la vida es diversa y plural en todas sus formas.
No existe tal cosa como la igualdad en la creación. Nuestra única semejanza con el creador del que surgió la vida es relativa a su naturaleza, sustancia o esencia, de allí en más; todo es infinitamente plural y diverso en su manifestación.
La mal llamada igualdad solo es un mecanismo de programación mental usado por una minoría para tratar de controlar a la mayoría.
Nada ni nadie es igual física, mental ni emocionalmente, de hecho, ni siquiera en su semejanza a nivel de naturaleza, sustancia o esencia, porque todo, individualmente solo es una partícula del creador, quien en esencia es la suma de las infinitas partículas que le permiten a Dios experimentarse a sí mismo eternamente, a través del fluir de la vida.
La única constante de la vida en su eterna expresión, que es plural e infinitamente diversa, es el Amor. Todo lo demás es relativo, circunstancial y temporal.
El amor es atemporal (eterno), infinito, trascendente, relevante y vital. El amor es la esencia de la que surgió todo lo que es. El amor es la naturaleza primaria de todo lo creado, independientemente de la programación que controla su comportamiento, que puede ser: religiosa, cultural, política, geográfica, racial, lingüística, social o ideológica, lo cuál es temporal, relativo, circunstancial y finito.
La vida en su fluir es una oportunidad para amar y ser amado.
La vida es una oportunidad para experimentar al amor que nos creó, todo lo demás es un desperdicio de la vida.
Esta es la relevancia vital de: “Ama a Dios con todo tu ser y a tú prójimo como a ti mismo”. Todo lo demás es programación mental que limita y condiciona el disfrute pleno de eso que todos llamamos vida.
No permitas que nada ni nadie te etiquete, manipule o controle.
El experimentar la vida ignorando tu identidad de origen, alejado del amor que te creó, es la causa de tanto sufrimiento en nuestra sociedad actual, la cual está controlada por conceptos e ideologías que caricaturizan el amor plural, diverso, infinito y eterno que nos creó, sustituyéndolo con tendencias sociales, políticas o religiosas, que son un medio para controlar a las mayorías, quienes han sido estupidizadas progresivamente a través del aparato comunicacional en manos de quienes mueven los hilos del poder en nuestro mundo.
“Eres más de lo piensas, puedes más de lo que crees, hay más de lo que imaginas y sin duda, Dios es mucho más de lo que ten han dicho”.
No eres un ser humano que a causa de alguna religión experimenta temporalmente la espiritualidad, eres un ser espiritual, que está experimentando temporalmente la humanidad.
Eres uno en esencia con Dios y todo lo creado, no puedes huir para siempre de tu naturaleza original, el Amor. “Porque en ella vivimos, nos movemos y somos”.
Cuando descubras quién eres en esencia, tu identidad de origen te ayudará a poner en orden toda tu vida, priorizando aquello que es trascendente y vital en tu existencia, a fin de que puedas disfrutar a plenitud la vida.
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Miguel Ángel León R.
Apóstol, psicólogo y escritor