(Agencias – Verdad y Vida).-
El hacinamiento en las cárceles venezolanas es una problemática que lleva años suscitándose y que con la situación actual del país se ha acrecentado. De acuerdo al medio El Panorama, la organización “Una Ventana a la Libertad” estimó que existe una sobrepoblación de convictos del 250 %. Asimismo, un estudio realizado durante 2017 por la ONG determinó que el 96,46 % de las infraestructuras utilizadas no poseen un comedor, 62,12 % no tiene servicios higiénicos, 64,11 % no posee suministro de agua potable y 98,48 % no cuenta con servicio médico.
El director del Observatorio Venezolano de Prisiones, Humberto Prado, manifestó que “todos los calabozos de las policías estatales, municipales y comisarías del Cicpc están súper hacinados”.
Tragedia por hacinamiento
Recientemente, 68 personas perdieron la vida en una tragedia ocurrida en la Comandancia General de la Policía de Carabobo, Navas Spinola. Lo que comenzó como un enfrentamiento entre los presos y el cuerpo de seguridad, culminó en un incendio en los calabozos de presos comunes.
El origen del motín
Un altercado entre reos y custodios habrían dado inicio a lo que después sería calificado como un motín y posterior incendio. Sin embargo, los antecedentes a la reyerta tendrían lugar cinco días antes del suceso.
Fuentes policiales darían cuenta que el domingo 24 de marzo se les permitió el ingreso de unas 10 mujeres a la comandancia, a las cuales se les había otorgado ‘un permiso’ de pasar la noche en el lugar, cosa que viola todas las normativas del recinto penitenciario.
Tras la orden de despachar a dos mujeres que aún permanecían en el lugar en la madrugada, después de una fiesta donde las drogas, alcohol y las armas eran los protagonistas de la noche, los detenidos se negaron al desalojo y se inició el enfrentamiento. Un par de oficiales resultaron heridos.
Desde muy temprano comenzaron a escucharse disparos en la comandancia. Un registro fotográfico filtrado evidenció que dentro del retén los reclusos estaban armados con dos pistolas, un revolver, un escopetín (similar al usado por los vigilantes) y dos bombas lacrimógenas; tipo granadas APG-111.
Celda en llamas
La causa del fuego sigue siendo un misterio. Lo que se sabe es que el incendio se originó unos 30 minutos después que los disparos y duró no menos de 25 minutos. Mientras las brasas avanzaban, los reclusos luchaban por encontrar una salida.
Las llamas y el humo llegaron a otras celdas. En la comandancia tenían a unos 150 policías detenidos en la celda contigua a los presos comunes. Unos 98 “polipresos” resultaron lesionados; 20 de ellos con quemaduras de segundo y tercer grado, según informes médicos de la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera (CHET).
Decenas de ciudadanos se agolpaban para verificar lo que sucedía, muchos habían sido contactados por los mismos reclusos. Un piquete policial impedía su paso y la información sobre lo que ocurría era escasa. Mientras tanto, varias unidades de bomberos ingresaban al recinto para controlar el siniestro.
La confusa multitud compartía lo que conocían. Unos internos en el anexo de Violencia de género lograron comentar a sus parientes detalles de lo ocurrido. “Mi hijo me dijo que escuchaban cómo gritaban por auxilio. Entre las voces escuchó que un hombre decía ‘o todos salimos vivos de esto o morimos juntos’. También me dijo que los policías rociaron con gasolina a los de la celda de delitos comunes”, sostuvo una mujer que pidió anonimato.
Al día siguiente, un recluso no identificado reiteró esta versión a la prensa, mediante declaraciones ofrecidas a través de una ventana del anexo. Extraoficialmente se supo que el informe de bomberos arrojó la presencia de sustancias acelerantes en el calabozo, presumiblemente gasolina.
Sin rastros de las dos fallecidas
Tarek William Saab, fiscal general nombrado por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), aseguró que entre las víctimas fatales se hallaron a “dos mujeres que pernoctaban” en la comandancia. Poco o nada se sabe de ellas. Tanto sus identidades, vinculaciones o pistas de su procedencia son un misterio, incluso para las autoridades.
Unas 24 horas luego del incidente más trágico de la historia de Venezuela en un Centro de Detención Preventiva, algunos familiares pudieron enterrar a las víctimas de este lamentable hecho.
Dios de restauración
Ante lo que muchos han calificado como una masacre, es importante resaltar que eso no es lo que Dios quiere para esta nación. El Señor quiere que Venezuela sea libre de toda violencia, muerte, hacinamiento y maltrato de personas, pero el venezolano ha decidido darle la espalda y por tal motivo, se viven situaciones como la de la comandancia carabobeña.
Es necesario que la Palabra del Señor llegue a todas las cárceles, reclusorios, comandancias y centros penitenciarios, beneficio que fue retirado de ellas desde hace unos años, y que estaba dando sus frutos. El llamado nuevamente es al Gobierno nacional para que vuelva a darle libertad de acción a los ministerios cristianos carcelarios que venían haciendo una excelente labor.
El Señor Jesús ha venido a traer restauración a Venezuela, pero es importante que los venezolanos abran su corazón y reciban el perdón, la restauración, libertad y salvación.
Este es el tiempo Venezuela, ¡vuelve tu mirada a Cristo!◄