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Lo que esta crisis ha revelado

(GDB – Verdad y Vida).-
Dice Jesús en Lucas (12:1-3): «…Jesús comenzó entonces a hablar, y en primer término les dijo a sus discípulos: “Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Porque no hay nada encubierto que no haya de ser manifestado, ni nada oculto que no haya de saberse. Por tanto, todo lo que ustedes digan en la oscuridad, se oirá a plena luz, y lo que ustedes musiten en la alcoba, se dará a conocer desde las azoteas”».Cuando leemos esta porción de la Palabra de Dios lo primero que hacemos es irnos a los tiempos del juicio final, cuando Dios dará a los malos la paga por su maldad; pero en realidad nuestro Señor está hablando de manifestar, sacar a la luz, durante el tiempo presente y el futuro inmediato todo lo que muchos tienen por dentro pero que ocultan por fuera. Jesús habla de los hipócritas y la hipocresía.Una definición llana de hipocresía es aparentar lo que no se es, hablar y actuar de una manera diferente a la que se es y se cree, siempre movidos por intereses personales. Así eran la mayoría de los fariseos y esta actitud, cual levadura, leudaba a los demás; la gente pensaba, pero sin decirlo, «si lo dicen nuestros líderes (en este caso espirituales) debe ser verdad». Pues esa actitud ni se limita a los fariseos ni terminó en los tiempos de Jesucristo; hoy todavía sigue sucediendo entre la inmensa mayoría de los líderes a todo nivel, al extremo de convertir estas actitudes farisaicas o hipócritas en dogmas e ideologías.Eso está pasando en Venezuela .Jesús promete que «no hay nada encubierto que no haya de ser manifestado, ni nada oculto que no haya de saberse»; a toda manifestación de Dios a la luz pública de aquello que es ‘oculto’ se le conoce como revelación. Entonces, lo que viene sucediendo de unos años a la fecha en Venezuela no es más que la revelación de Dios a la luz pública de aquello que en esta nación ha estado pasando en lo oculto, y que, tal y como lo asegura Jesús, ‘va a saberse’.Dios todo lo sabe, para Él no hay nada oculto, sin embargo para nosotros los humanos es diferente, si las cosas no salen a la luz no nos enteramos de muchas cosas; es ahí donde la justicia divina entra en juego, de hecho, el inicio de la justicia de Dios es sacar a la luz lo oculto para que sea juzgado y los culpables paguen terrenalmente el mal que han hecho; pues Él busca el arrepentimiento del pecador antes de que muera y sea demasiado tarde, «El Señor… no quiere que ninguno se pierda, sino que todos se vuelvan a él» (2ª Pedro 3:9).

Lo que la crisis venezolana reveló…

Reveló la terrible descomposición moral de los altos funcionarios del gobierno. Muchos, desde el funcionario más pequeño hasta el de más alta investidura, han dilapidado el erario y destruido el aparato productivo nacional, acabando con la economía, al extremo de haber ocasionado una debacle que ha dejado a Venezuela sin medicinas, alimentos, insumos y materia prima para la producción nacional.Reveló la hipocresía de gran parte de los políticos de la oposición. Muchos de ellos con rabos de paja y comprometidos en lo oculto, lo que les impide actuar de frente y de manera contundente como el pueblo se los está exigiendo desde hace años; cohabitar con la corrupción oficial y manejar un discurso público contra el gobierno es lo que Dios está condenando y ventilando para que quede al descubierto quién es quién en Venezuela. Reveló a muchos fariseos dentro de la Iglesia Cristiana. Muchos líderes del sector «cizaña», émulos perfectos del tristemente célebre Judas Iscariote, gente que ha pactado por prebendas vendiendo así su primogenitura y comprometiendo el testimonio puro del evangelio con sus nada claras actuaciones. Prevaricadores del altar que serán desnudados y juzgados por el Dios santo, siendo depuestos de sus responsabilidades ministeriales.Reveló el compromiso con Dios del remanente cristiano nacional. La Iglesia del Señor en Venezuela ha despertado a su responsabilidad, hay un remanente que se ha levantado para clamar por el nacimiento de la Nueva Venezuela, consciente de que es al pueblo del Señor fiel a quien le corresponde liderar y dirigir -con la guía del Espíritu Santo- a toda la nación hacia el más grande y poderoso avivamiento jamás experimentado, y llevarlo desde este país al resto del mundo. Mientras unos líderes no entendieron su rol profético, el Señor está levantando a una nueva generación que sí lo ha entendido, lo cree y será quien lo lleve hasta donde Él se lo indique.Reveló la nueva casta de aguerridos jóvenes, líderes de la Venezuela naciente. No solo aquellos que a diario luchan en las calles y exponen sus vidas para traer la libertad a la nación, sino aquellos que están en los bancos de las congregaciones cristianas esperando el sonar de la trompeta de Dios para salir a tomar su posición dentro del nuevo liderazgo nacional, gestado en medio de aflicciones, pruebas, limitaciones, escasez y en el horno del Espíritu Santo; jóvenes llenos de Dios con las fuerzas y ganas de conquistar un porvenir donde haya justicia, prosperidad, paz y equidad.Reveló el baluarte que teníamos y que está disperso entre las naciones. Gente preparada a quien este sistema jamás vio o no tomó en cuenta, valerosos venezolanos que se están destacando y triunfando en las naciones donde la diáspora de la división y la injusticia arrojó fuera del suelo patrio. Hombres, mujeres y jóvenes que están poniendo en alto el nombre de Venezuela y que arden esperando el momento de regresar para, cual Nehemías y Zorobabel, reconstruir las murallas de la nación y su templo que es el cuerpo de Cristo.Reveló la miseria que hay en muchos países, sus gobiernos y pobladores para con los venezolanos. Otrora miles de familias vieron en Venezuela el país del progreso y de las oportunidades, venían huyendo de persecuciones, guerras, dictaduras, hambruna y una larga lista de calamidades; así llegaron a esta tierra de gracia que les abrió sus brazos y les cobijó para juntos construir este hermoso país. Hoy muchos de esos gobiernos y sus conciudadanos obstruyen, dificultan y desatienden a los venezolanos que impelidos por la crisis nacional han buscado refugio y oportunidades que estos le niegan, olvidando lo que ayer Venezuela hizo por ellos. Gente y gobiernos que miran para otro lado cuando de ayudar se trata, llenos de la antigua levadura. ¡Dios tenga misericordia de ellos por su mal accionar!Reveló demasiadas cosas… tanto buenas como malas, que jamás nos dejarán ser los mismos. Hemos madurado como país, hemos aprendido a «poner la otra mejilla», a perdonar a quienes nos persiguen y ultrajan, a orar por ellos, a ser tolerantes como aquellos que con su mal accionar «no saben lo que hacen». Hoy somos más como Cristo… Hoy Cristo es más en nosotros.Reveló que hay dos países… el de los delincuentes, corruptos, asesinos, saqueadores, destructores, expropiadores y viva la pepa; y el de la gente sana, amable, luchadora, trabajadora, protectora del bien ajeno y amante del prójimo y desvalido, la que construye y sueña con un futuro justo, digno y próspero.Reveló que hay quien mata y quien salva… aquellos que se roban los recursos para adquirir medicinas, alimentos y materia prima para construir un país; y los que médicos que mueren buscando la medicina donde sea para salvar a sus pacientes, los que lloran de impotencia ante las muertes que se pudieron evitar, los que se indignan al ver cómo los impíos se viven el dinero que le negaron al pueblo. Están los que viven como si Dios no existiera y jamás fuera a juzgar y aquellos que cada día tienen más fe y esperanza en la justicia divina, los que sí saben que no solo el Señor existe, sino que  «sabe recompensar a quienes lo buscan» (Hebreos 11:6b).

 

Hay quienes salen a la calle a clamar por Venezuela, la Iglesia, la que de parte de Dios tiene en sus manos la solución para esta nación / EFE

La nueva República

¡Venezuela no te aflijas!, tu Dios vive, Él seguirá sacando a la luz lo que han pretendido encubrir y ocultar. Todo lo que digan en la oscuridad, se oirá a plena luz, y lo que musiten en la alcoba, se dará a conocer desde las azoteas. Desde las azoteas de los medios de comunicación del mundo. Desde las azoteas de las redes sociales. Desde las azoteas de los tribunales judiciales y de derechos humanos. «Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas temblorosas; digan a los de corazón temeroso: “Sean fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá, vendrá con venganza; con retribución divina vendrá a salvarlos”.Se abrirán entonces los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; saltará el cojo como un ciervo, y gritará de alegría la lengua del mudo. Porque aguas brotarán en el desierto, y torrentes en el sequedal. La arena ardiente se convertirá en estanque, la tierra sedienta en manantiales burbujeantes. Las guaridas donde se tendían los chacales serán morada de juncos y papiros.Habrá allí una calzada que será llamada ‘Camino de santidad’. No viajarán por ella los impuros, ni transitarán por ella los necios; será solo para los que siguen el camino…» (Isaías 35:3-8. NVI).Y Venezuela entera no solo sabrá que Jesucristo es «el camino, la verdad y la vida…» (Juan 14:6), sino que tendrán una relación personal y genuina -no religiosa- con Él; porque experimentarán en carne propia la salvación del Señor. Dios sanará el corazón herido de los venezolanos para que perdonemos y vivamos libres, para que reconstruyamos sobre fundamento firme; Él unirá a Venezuela, traerá a sus hijos de regreso y hará florecer esta nación como nunca antes… Nuestros ojos lo verán.No anhelemos lo vivido en la 4ª y mucho menos en la 5ª República, pues viene la República que Dios tiene en su corazón; la República de Venezuela donde Jesucristo es su Rey y Señor… Nuestros ojos lo verán.◄

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