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“Los tiempos pasan, la Reforma continúa”

[quote arrow=»yes»]Y miro a mi alrededor, y sin duda veo herederos de esa línea del protestantismo, pero sinceramente me pregunto por qué no se produce un cambio social, cultural y político similares a lo que supuso la Reforma en el siglo XVI y siguientes… Porque eso significa que no estamos siendo levadura que leuda toda la masa… Dios solo espera que haya hombres y mujeres dispuestos a seguir la llama del llamado sin mirar el precio a pagar[/quote] Los 500 años del inicio de la Reforma Protestante se conmemora este año, con su clímax alrededor del 31 de octubre, fecha en la que se recuerda el acto de clavar Martín Lutero sus 95 tesis en Wittenberg en 1517.

A partir de ese momento se crea una auténtica revolución en la que aparecen nombres propios con sus aportaciones – con sus luces (muchas) y sombras (algunas)– que enriquecen el desarrollo del movimiento: Calvino, Zuinglio, Munster, Melanchton, Knox…

Cuando me anunciaron el Evangelio y acepté a Jesús como Señor y Salvador, experimenté esa misma revolución en mi vida, en 1978, hace ahora 39 años. Por eso entiendo y comprendo perfectamente lo que supuso aquel despertar espiritual.

Al poco de convertirme, hablaba a un amigo de mi experiencia y fe que me interrumpió al rato para decirme: “¡Tú eres protestante!”. Se lo discutí, después de toda una vida oyendo hablar del protestantismo como una herejía me parecía imposible que el Jesús que había encontrado fuese “protestante”.

El tiempo y el estudio me hicieron entender que el “Solo Fe, Solo Gracia, Solo Cristo, Solo Escritura y Solo a Dios la Gloria” eran el retorno a la centralidad de Jesús, de los Evangelios, de la Biblia, de la obra del Espíritu Santo.

Entendí el hilo de la Historia al que pertenezco, y en el que me arraigo.

Hoy, sin embargo, en este quinientos aniversario, se entremezclan sentimientos encontrados.

Junto a la alegría de recordar aquella efeméride, veo cómo el #500Reforma se ha convertido en una especie de simple franquicia o “denominación de origen”.

Me explico.

La reforma espiritual supuso un profundo cambio ético, social y cultural. Un concepto del trabajo honrado, eficiente y de excelencia. Un concepto de la vida espiritual como un servicio entre iguales, no una jerarquía. La clara separación de Iglesia y Estado. El estudio de la Palabra. El impulso de los Derechos Humanos (sin duda, junto con otras corrientes sociales y de pensamiento).

Y miro a mi alrededor, y sin duda veo herederos de esa línea del protestantismo, pero sinceramente me pregunto por qué no se produce un cambio social, cultural y político similares a lo que supuso la Reforma en el siglo XVI y siguientes.

Especialmente en aquellos lugares donde hay una mayoría evangélicas importante, no veo ese resultado esperado más allá del número.

Y me inunda un tono de tristeza mezclada con la alegría. Porque eso significa que no estamos siendo levadura que leuda toda la masa.

Estoy seguro de que el deseo de Dios es que seamos algo más que la franquicia del Evangelio y de la Reforma. Y que si Él lo desea nada puede impedirlo; sólo espera que haya hombres y mujeres dispuestos a seguir la llama del llamado de Dios sin mirar el precio a pagar.

Ojalá que ese sea el resultado de este quinto centenario de la Reforma.

Pedro Tarquis

[quote][icon type=»vector» icon=»momizat-icon-user4″ size=»32″ hover_animation=»border_increase» ]El Dr. Pedro Tarquis fue Consejero de Medios de Comunicación de la FEREDE y también Presidente de la Comisión de Medios de Comunicación en la Alianza Evangélica Española. Es Vicepresidente del Consejo Evangélico de Madrid. Dirige dos medios digitales de gran influencia: Protestante Digital (2003), y Evangelical Focus (2015). También es Médico Internista, escritor y poeta. Es Vicepresidente de la Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos. Está casado con Asun Quintana y tienen tres hijos.[/quote]

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