
Cuando el rey David se dispuso a tomar la ciudad de Jebus, la actual Jerusalén para establecer allí la capital de Israel, se da cuenta de que estaba amurallada, blindada e impenetrable. Era imposible cualquier incursión militar. Sin embargo, Dios le da una estrategia muy extraña y nada convencional. Los soldados de Israel ejecutan una operación rápida, arriesgada, extraña, silenciosa y nunca antes vista. Penetraron la ciudad a través de sus cañerías. Fue así como lograron su conquista.
Cuando un cristiano se determina a vivir de acuerdo a los preceptos establecidos por el Creador, sin perder la fe y la confianza en Él, al igual que al rey David, Dios le dará salidas y respuestas inusuales y sobrenaturales. Jamás será presa de angustias ni temores por más difícil que sea la circunstancia que esté viviendo.
Sobradas razones tuvo el rey David cuando escribió el Salmo 27:13: “Hubiera yo desmayado si no creyese que veré la bondad de Dios en la tierra de los vivientes”. Esta consigna debe vivir por siempre en el corazón de cada cristiano para que se abran puertas que en lo natural es imposible.
Dios te bendiga.
Teófilo Segovia Salazar
Pastor y comunicador