Nos ha tocado a nosotros vivir esta situación en nuestro país; pero recordemos que hemos nacido en el tiempo correcto, en el lugar correcto, para un propósito correcto

Amados pastores y líderes de la Iglesia Cristiana en Venezuela: Estos últimos tiempos han sido duros para todos nosotros; para unos más que para otros, pero cada quien ha llevado su parte. No es fácil vivir así; se hace cuesta arriba. En tal circunstancia podemos asumir muchas actitudes, pensamientos y decisiones, pero quiero recordarles algunas palabras que el Señor nos ha dejado: “A fin de que nadie se inquiete por estas tribulaciones; porque vosotros mismos sabéis que para esto estamos puestos” (1ª Tesalonicenses 3:3). La iglesia de aquel entonces sufría grandes tribulaciones (mucho más difíciles que las nuestras hoy), y el apóstol Pablo entendía claramente que esas aflicciones no eran opcionales: es decir, no se podía optar por aceptarlas o rechazarlas, por enfrentarlas o escapar de ellas. Él entendía que para aceptarlas y asumirlas había sido llamado por Dios. “Saben muy bien que debemos sufrir todo eso” (Palabra de Dios Para Todos). “Ustedes saben que tenemos que hacer frente a esos problemas” (Biblia en Lenguaje Sencillo). En fin: “Para eso estaba puesto”. “Estar puesto” quiere decir que Dios decidió que tenía que vivir, experimentar, atravesar esa situación. Todo obedecía a un plan, a un propósito. Y ese plan, ese propósito, había sido establecido directamente por Dios.
Ahora bien, ¿aplicaba ese designio solamente para el apóstol Pablo o también para el resto de la iglesia? Todo el consejo bíblico nos hace entender claramente que es algo que aplica a toda la Iglesia de Cristo y no solo a unos pocos. Tittman interpreta este versículo de esta manera: “Que nadie, en medio de sus calamidades, sea atraído por la esperanza halagadora de una vida más placentera, a abandonar su deber”. Nos ha tocado a nosotros vivir esta situación en nuestro país; pero recordemos que hemos nacido en el tiempo correcto, en el lugar correcto, para un propósito correcto. Somos parte de una generación privilegiada, porque podemos decir: “Para esto estoy puesto”. Dios no se equivocó con ninguno de nosotros. Fuimos puestos en esta Venezuela actual “para esto”.
“Para esto” puede ser diferente para cada uno de nosotros, pero lo que sea ¿lo estamos haciendo? Eso es lo que realmente importa. Lo demás importa poco. Evadirlo es un sin sentido. Sigamos adelante, firmes en la fe, soportando y aguantando. Algún día tendremos un país mejor, y tal como dicen las Escrituras en alguna de sus páginas: “De alguna parte vendrá nuestro respiro” (Ester 4:14). Y sabemos de dónde vendrá: Del mismo cielo. Que Satanás no nos engañe y nos desanime al punto de que el trabajo sea en vano. Ahora más que nunca la Iglesia de Venezuela y nuestra nación nos necesitan. No podemos abandonarlas. Sería una traición muy grande y le causaríamos un gran dolor.
“Para esto estamos puestos” Ánimo, valientes hermanos, y fuerza en Cristo Jesús nuestro Señor. ¡Cristo vive! ¡El Evangelio es vida! ¡Que viva nuestra amada Venezuela!
“A fin de que nadie se inquiete por estas tribulaciones: porque vosotros mismos sabéis que para esto estamos puestos” (1ª Tesalonicenses 3:3).
José R. Frontado
Pastor