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Solo somos instrumentos, George Laguna

«Ni el hacha ni la sierra son más importantes que el hombre que las maneja. ¡Dónde se ha visto que el bastón controle al que lo usa!» (Isaías 10:15). 
Uno de los peligros que corren los cristianos cuando sirven a Dios es tomar el crédito por lo que Dios hace.
Pero el ascenso y el éxito de todos los personajes de la Biblia siempre estuvo marcado por honrar al dueño de la visión, ser diligente en el servicio y mantenerse sujeto y someterse en obediencia a Dios.
Para mantenernos como instrumentos útiles en las manos de Dios necesitamos recordar como mínimo estas dos condiciones:

1) MANTENTE EN BUEN ESTADO
Una herramienta que está herrumbrada, sin filo y con desperfectos no sirve y no se usa. Es un instrumento que no se ha preparado para ser usado.
Dios no llama a personas que están en la hamaca bajo un árbol. Dios llama a personas que con «diligencia se presentan aprobados» y están listos para arrebatar la orden de trabajo que Él ya tiene en Sus manos.
«Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad» (2ª Timoteo 2:15). 
No menosprecies el tiempo de capacitación y preparación. Nunca pienses que lo sabes todo. 
Prepárate mientras sirves, sirve y sigue capacitándote para toda buena obra.

2) HONRA AL DUEÑO
Una vez que seas útil como herramienta existe el peligro en la cultura del mundo que la gente atribuya tu éxito como algo que tú has logrado o ganado y no a Dios.
José había honrado al Señor, ya sea en la casa de Potifar o en la prisión. Cuando Jose salió de la cárcel se presentó a Potifar para descifrar su sueño diciendo: «No soy yo quien puede hacerlo, sino que es Dios quien lo hará» (Génesis 41:16). 
Cuando alguien te felicita por tu habilidad o por algo que has hecho exitosamente, simplemente responde: «Gracias a Dios lo pude hacer bien». El Señor dice: «A los que me honran los honraré» (1 Samuel 2:30).
Tengamos mucho cuidado cómo tratamos el éxito que Dios nos da. 
Si estás haciendo algo en la obra de Dios recuerda que debes hacerlo bien y con diligencia, mantente en constante preparación y crecimiento, dale el crédito a Dios, no olvides que eres un instrumento y gozas de su bendición. 

George Laguna
Pastor y periodista

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