(Héctor Márquez – Psicólogo Clínico y Teólogo).-
Camilo es un niño de 10 años de edad. Su padre abandonó el hogar cuando Camilo tenía 8 meses de nacido y nunca más apareció. Su joven mamá es empleada en una bisutería donde trabaja desde la mañana hasta las 7 de la noche. Los días de Camilo transcurren en la soledad, acompañado físicamente por su abuela enferma y una tía que se encarga de cuidarla. Su mamá regresa muy cansada y suele estar de mal humor. Al niño no le prestan atención, no hay quien le dé un abrazo, no hay quien parezca estar realmente interesado en él… Camilo es víctima de abandono emocional.
El abandono emocional es la situación en la que el niño no recibe afecto, estimulo, apoyo ni protección de sus padres. Existe una falta de respuesta a los intentos de aproximación o interacción del niño con sus padres o adultos que conviven con él.
¿Por qué ocurre el abandono emocional en los hijos?
1) Los lazos afectivos emocionales filiales se ven coartados y minimizados por la acción de la necesidad de salir a trabajar tanto del padre como la madre, permaneciendo largas horas fuera del hogar, donde los hijos permanecen solos o al cuidado de una persona, ya sea «nana», vecino o algún familiar.
2) El cansancio, la competitividad del mercado, las exigencias de calidad laboral, la necesidad de capacitarse y mantener el trabajo, poco a poco van transformado a estos padres en personas indiferentes, estresados, y sin tiempo para ejercer en propio el contacto emocional y afectivo con sus hijos(as).
3) Repetición de la conducta de un padre o madre que fueron víctimas de abandono.
4) Problemas de pareja.
5) Violencia intrafamiliar.
6) Cuando los hijos no son deseados o bien cuando no se ajustan a lo que los padres esperaban.
7) La falta de preparación o conocimiento de las exigencias de ser padre pueden llevar a una crianza basada en el maltrato o abandono. Los padres pueden no conocer las etapas de desarrollo de su hijo y tener expectativas poco razonables con respecto a sus habilidades y comportamientos; quizás no conocen la disciplina efectiva.
8) Padres que tienen problemas de abuso de sustancias adictivas.
9) Padres que tienen problemas de salud mental.
El abandono emocional, entre otras cosas, puede hacer que los niños sientan que no son dignos de amor y respeto; su autoestima es afectada. Su carácter suele ser triste, melancólico, frustrado y débil, pudiendo buscar salidas en las drogas, prostitución y otros vicios.
A los hijos hay que dedicarles tiempo y no sólo darles un plato de comida. Mostrarles afecto y paciencia sin dejar de ser firmes en cuanto a la corrección y al cultivo de hábitos saludables y valores de vida.
Quien se hace padre o madre debe imponerse a sí mismo la no repetición de conductas paternales que fueron causa de dolor en su infancia o adolescencia; corregir sus conflictos de pareja, si los tuviera, y buscar ayuda profesional ante las circunstancias, actitudes o comportamientos que resultan dañina en la relación con sus hijos.
El Libro inspirado de arriba hace este llamado: «Padres no causen frustraciones emocionales en sus hijos, ni los exasperen para que no se desanimen, antes bien críenlos en forma disciplinada e instrúyanlos tomando en cuenta los consejos de Dios» (Efesios 6:4 y Colosenses 3:21).
Este consejo de lo alto resume la necesidad de dedicar tiempo de calidad a nuestros hijos y estar permanentemente cerca del corazón de ellos.
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