(Periódico Maranata – Verdad y Vida).-
El Vaticano abre el debate de si debe ordenar hombres casados para ejercer el sacerdocio, sobre todo en las zonas más aisladas, lo cual en caso de aprobarse -según algunos analistas- podría convertirse en una antesala para acabar con esta tradición en el futuro.
Recientemente la Santa Sede ha publicado un documento preparatorio para el “Sínodo de la Amazonía”, que tendrá lugar en Roma en octubre próximo.
La iniciativa se presenta con base en la emergencia que vive la Iglesia Católica por la falta de sacerdotes en lugares poco poblados del mundo, de manera que el texto dice que la reunión de obispos debe estudiar la posibilidad de ordenar hombres casados, respetados por la comunidad y de familia estable -sobre todo de edad madura- para ejercer en comunidades indígenas o regiones muy lejanas.
Si llegara a aprobarse esta medida, sin duda sería un cambio histórico que abre las puertas a la ordenación de los llamados viri probati, expresión latina que define hombres probados por su carácter, experiencia y que sobresalen en la comunidad.
Cabe destacar que la propuesta habla de otorgar un “ministerio oficial” a las mujeres, aunque no profundiza en el asunto. Ambas menciones son las más directas que ha realizado oficialmente el Vaticano en su historia, sobre ambos temas.
El Papa Francisco muestra una profunda preocupación por lugares como la región amazónica, donde el 70 por ciento de las comunidades no tienen acceso a participar en una misa, la cual debe ser oficiada solo por sacerdotes.
La Amazonía comprende parte de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guayana, Surinam y Guayana Francesa.
Esto se ha visto por algunos funcionarios del Vaticano como un texto para reflexionar, pero otros más conservadores, lo interpretan como una afrenta más de Francisco Bergoglio y un intento de violar la tradición apostólica.
La escasez de sacerdotes es muy evidente según el anuario estadístico del Vaticano, la curva comienza a descender desde el 2014, lo mismo que las vocaciones, las cuales siguen en decadencia.
Aunque el tema desde el punto de vista legal no se ha aprobado, ya hay miles de ejemplos de curas casados a quienes la Iglesia, en una forma de silencio administrativo, ha dejado seguir adelante con muchas de sus funciones, siempre que hubiese una comunidad que los acepte.
Todos ellos forman parte de la Federación Internacional de Curas Católicos Casados (FICCC), que agrupa a unas 90.000 personas de 34 países de cuatro continentes.
El celibato eclesiástico católico en sus orígenes, nunca fue visto como una obligación. Los curas y los obispos se casaban al principio. Su imposición se dio con la reforma gregoriana del Siglo XI y con la promulgación de la ley del celibato obligatorio en el II Concilio de Letrán en el año 1139. ◄