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Vida en la Palabra: La agenda cargada

(Liliana Daymar González – Periodista).-

Al parecer el estilo de vida actual obliga a mucha gente a moverse deprisa, se mantienen inmersos en numerosas y variadas ocupaciones donde las 24 horas del día le son insuficientes para resolver sus asuntos y con frecuencia escuchamos frases como: «No me hagas perder el tiempo», «no tengo tiempo para eso». Es que vivimos a las carreras cual galgos en el canódromo, con la agenda llena de actividades diarias, cargados de trabajo y, usualmente; todos son prioridad. No sabemos separar lo urgente de lo importante y nos dejamos robar el gozo y la paz.
Seguramente si le damos una ojeada a esas apretadas agendas notaremos las prioridades desordenadas y peor aún, no hay un espacio en el día para Dios. Sé de lo que les hablo porque vivo desde hace 16 años con un ser que mantiene su agenda cargada, mi esposo siempre está tan atareado y apurado que en lugar de comer, engulle y lo hace con un celular en la mano discutiendo asuntos de negocios. Afortunadamente Dios ha tratado con él y ha aprendido a establecer sus prioridades y a colocar a nuestro Señor número uno en su vida. Sin embargo, lamentablemente hay mucha gente que aún no han decidido darse la oportunidad de conocer el propósito de Dios en sus vidas y siguen esclavos del tiempo, regidos por las horas y las fechas del calendario. Tengo amigos con los llamados celulares inteligentes conectados al Internet y a correos electrónicos que manifiestan no tener tiempo ni para saludar a su mamá.
Jesús dijo: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11:28).  El exceso de trabajo produce cansancio, conduce al estrés y a la depresión, sin contar con las innumerables enfermedades físicas que conlleva. Descarga todos tus asuntos, problemas, inquietudes en las manos de Dios, él desea llevar tus pesadas cargas, pasa tiempo de calidad con él, dale un lugar prioritario en tu agenda y conocerás la paz que sobrepasa todo entendimiento humano. «Por nada estéis afanosos; más bien, presentad vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús» (Filipenses 4:6-7).
A lo mejor estarás pensando: «Todo es muy bonito, pero si no pago el alquiler a fin de mes me desalojan,  si no hago el mercado no comemos». Lógicamente debemos trabajar para suplir necesidades básicas y es saludable física y emocionalmente hacerlo siempre y cuando lo hagamos sin sobrecargarnos. Debes convencerte de que Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos. El mismo que bajo maná del cielo para alimentar a los israelitas en el desierto, él es fiel a su palabra; cumple sus promesas a quienes lo buscan y le siguen. Organiza tu agenda,  descansa para que se fortalezca tu cuerpo y mente. Planifica una cita diaria con Dios, medita en su palabra, deléitate en su presencia con oraciones y acciones de gracias y «nada te faltará», nuestro buen Pastor «Confortará tu alma; en lugares de delicados pastos te hará descansar; junto a aguas de reposo te pastoreará»… (Salmo 23:1-3).
lili_vidaenlapalabra@hotmail.com

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