Desde el mismo momento que nos enteramos del vil ataque terrorista contra la sede y el plantel del semanario satírico francés Charlie Hebdo, arrojando la triste cifra de una docena de muertes, deploramos enérgicamente el hecho, pues se puede argüir lo que sea pero nadie tiene licencia para matar a nadie, y menos en nombre de una religión, porque Dios es supra-religioso, y Él envió a Cristo, su Hijo, a reconciliarnos con Él y restablecer la relación con cada persona que se lo permita.
Casi al instante comenzaron la manifestaciones de reproche por tan vil acto, fue así como se usó la frase: «Je suis Charlie» («Yo soy Charlie», en español). Sin embargo, no puedo decir lo mismo. No significa que esté a favor de quienes se han venido oponiendo, usando la frase antagónica: «Yo no soy Charlie». En realidad yo tampoco soy «Charlie», por lo siguiente:
• Porque no se deben usar los medios de comunicación y redes sociales para ofender, vejar ni atacar a nadie, por muy encontradas que sean las posiciones y adversas las opiniones.
• Porque no publico caricaturas para atacar a nadie, y menos la libertad de conciencia religiosa; pues quien así actúa cree que en nombre del humor gráfico se puede decir cualquier cosa, incluyendo lo ofensivo. El gran caricaturista e intelectual venezolano Pedro León Zapata acaba de cumplir 50 años publicando sus «Zapatazos» y jamás ha llegado a ofender y menos al grado que lo hace el semanario Charlie Hebdo.
• Porque no uso la libertad de expresión como un arma para «asesinar», pues la Biblia dice que si ataco, hablo mal u odio a mi hermano o al semejante con mi «arte», sencillamente soy tan asesino como los fundamentalistas que perpetraron el ataque contra el plantel de Charlie Hebdo. «Todo el que odia a un hermano, en el fondo de su corazón es un asesino…» (1ª Juan 3:15. NTV).
• Porque sencillamente soy discípulo fiel de Jesucristo quien nos enseña en el sermón del monte: «Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen» (Mateo 5:44). Por eso no debo hacerle daño a mi prójimo de ninguna manera, ni con una caricatura (que quedó demostrado el 7 de enero de este año en Paris, generan violencia, intolerancia, etc.), tampoco con palabras y menos con violencia. Si los fundamentalistas islámicos son sanguinarios e inmisericordes, ¿qué podemos decir del plantel de Charlie Hebdo? ¿Quién es el más asesino aquí?
El problema de la sociedad postmoderna y su óptica abstraída de Dios es que considera que es «aceptable» que se ofenda a las religiones y al mismo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo con el arte, la literatura y las caricaturas; pero condenable el asesinato por ofensas religiosas. Si los yihadistas no tienen razón para haber actuado así, tampoco los de Charlie Hebdo al satirizar, ofender y asesinar moralmente a las personas, las religiones y a Dios mismo. Por eso yo tampoco soy «Charlie».
Las reacciones no se han hecho esperar. El Consejo Nacional de Evangélicos de Francia expresó que los cristianos y pastores denuncian el uso de la violencia empleada contra la libertad de expresión, pero no se alinean con la línea editorial y la postura blasfema de la revista «Charlie Hebdo». La mayoría de los cristianos y las iglesias de Paris se mantuvieron en silencio y no se manifestaron el domingo 11 de enero.
Por otro lado, los musulmanes protestaron en Zinder y Niamey, en Níger (centro de África), contra la caricatura del profeta Mahoma publicada por el semanario satírico francés Charlie Hebdo (edición del 14 de enero, posterior al atentado) donde dejaron al menos siete templos -en su mayoría evangélicos- incendiados y decenas de muertos. Por lo que se preguntó el presidente Mahamadou Issoufou en un discurso a la nación: «¿Es algo que podamos aceptar? ¿De qué son culpables las iglesias y los cristianos de Níger?».
Y todo eso por un puñado de blasfemos e irreverentes que usan sus caricaturas para exacerbar los ánimos, encender las rivalidades religiosas, hacer más cruda la persecución a los inocentes cristianos y darle motivos a los yihadistas islámicos para seguir matando… Por eso y muchas razones más es que yo tampoco soy «Charlie».
director@verdadyvida.org
@georgesdoumat