Verdad y Vida EL QUINCENARIO CRISTIANO DE VENEZUELA
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Hermosos pétalos esperan
al colorín volador europeo;
este cuento no ha terminado,
ni lo acabará Morfeo;
tendrá su fin cuando quiera,
el colorín perspicaz del pueblo.
Ave cantora que conoce el ritmo,
paseriforme encantadora del istmo;
abre tu pico bañado en oro,
cónico y fuerte como ningún otro;
colorín de bosques tupidos y ricos,
eres motivo de cuentos bonitos.
Cómo te envidian las carnívoras;
tu color, tu perfume, eres granívora.
Creo que bajaste del cielo supremo
con una orden firme en tu cuello:
adorar al Eterno sin miedo
y anunciar el regreso del Maestro.
Anhelantes esperan los cardos,
el trigo y los girasoles brillantes.
Carduelis, carduelis de canto alegre;
avanza por los senderos que abrió
el viento, y los enumeró para tu vuelo;
carduelis, amada chordata silvestre.
Colorín rociado con sangre valiosa;
portas colores que denotan,
que una gota salida del Gólgota,
marcó para siempre tu identidad;
la cruz maldijo a quien murió libre
y Él bendice a quien sin dudar cree.
Cantora de praderas hermosas,
precursora de semillas y flores;
ven cuanto antes a mi choza,
tu canto rompe cadenas, cepos y grilletes;
me abriste los ojos, liberaste mi mente.
Tú, colorín, no colorado; pero con sangre.
Harold Paredes Olivo
Pastor, comunicador y poeta