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¿“Corrupción espiritual”?

Toda Venezuela fue sorprendida el pasado 21 de marzo cuando el juez del Tribunal 17 de Juicio del Área Metropolitana de Caracas, condenó a la jueza María Lourdes Afiuni a 5 años por el delito de «corrupción espiritual». No solemos tocar temas jurídicos desde esta tribuna, pero cuando una sentencia utiliza el término ‘espiritual’, se hace casi que obligatorio hacerlo.
Para empezar, desconocíamos hasta hoy que hubiese este tipo de cargos, lo que a muchos juristas ha causado indignación por la «barbaridad jurídica» aplicada a la jueza Afiuni. De las explicaciones jurídicas se encargarán los expertos, en lo que a nosotros compete nos ocuparemos del término «corrupción espiritual», que tampoco dejar de ser una barbaridad que el mal que padece la humanidad desde la desobediencia de Adán y Eva en el principio, abordado por Dios y resuelto por Jesucristo en la cruz del Calvario sea el argumento de peso para que jueces terrenales, sin calificación alguna para juzgar en la materia espiritual, lo usen en contra de su prójimo.
Lo que ocurrió en el huerto del Edén, fue el primero y mayor acto de corrupción espiritual, pues abrió las puertas del pecado y la maldición sobre toda la humanidad. Corrupción espiritual, a la luz de las Sagradas Escrituras -única fuente de autoridad divina para regir y legislar a los hombres-, es toda desobediencia al Señor, por muy pequeña que parezca esta, ya que nuestro Creador había advertido que «si comían del árbol de la ciencia del bien y del mal, morirían». Ese acto inicial de corrupción no solo trajo muerte física al hombre, sino la espiritual, pues cuando pasemos del plano terrenal al eterno por causa de la muerte física, cada hombre se enfrentará a Dios quien le juzgará por sus actos mientras vivía en la tierra.
Uno de los apóstoles del Señor, conocedor de las leyes de su tiempo y de las Sagradas Escrituras, como lo fue Pablo, escribió en cuanto al pecado de la humanidad (la corrupción espiritual): «¿Entonces, qué? ¿Somos nosotros mejores que ellos? ¡De ninguna manera! Porque ya hemos demostrado que todos, judíos y no judíos, están bajo el pecado. Como está escrito: “¡No hay ni uno solo que sea justo!”… por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios» (Romanos 3:9-10,23). Según Dios, corroborado por el apóstol Pablo, ni Afiuni ni el juez que la condenó, y ninguno de nosotros está libre de pecado/corrupción espiritual.
El hecho del inicio y las consecuencias que trajo a todas las demás generaciones, hasta nuestros días, la corrupción espiritual es tratada magistralmente por el apóstol en el capítulo 5 de su carta a los Romanos; que resumo: «Como el pecado entró en el mundo por un hombre [por Adán], y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron… Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado… por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia… Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos» (Romanos 5:12-14,17-19).
Según la Biblia, solo Dios puede juzgar la «corrupción espiritual», por lo que consideramos no solo un exabrupto jurídico esta sentencia contra la jueza Afiuni, sino una extralimitación de funciones; es tanto como tomar el lugar del Altísimo, como sentarse en el propio trono del Señor. Hay que tener temor de Dios siquiera para pensarlo, mucho menos ejecutarlo contra un semejante. ¿Será que ahora algunos jueces se creen dios? «¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!» (Hebreos 10:31).
Desde el mismo Génesis de la caída del hombre, Dios legisló y anunció su veredicto (Génesis 3:15), que posteriormente su Hijo Jesús, Dios hecho hombre, cumplió en el Calvario al morir como «el Cordero pascual de Dios que quita el pecado del mundo»; Jesucristo es el único mediador entre los hombres pecadores y Dios para borrar nuestras rebeliones, para eliminar nuestra corrupción espiritual, y darnos perdón y vida eterna (Hechos 4:12; 1ª Timoteo 2:5-6). Nadie puede imputar a ningún semejante de «corrupción espiritual» y mucho menos librarle de ella, TODOS SOMOS PECADORES, solo Cristo es justo y justifica a quien se acerca a Él en arrepentimiento genuino.
Tanto María Lourdes Afiuni, como el juez del Tribunal 17 de Juicio del Área Metropolitana de Caracas y cada uno de nosotros -todos corruptos espirituales- debemos recordar que «si alguno ha pecado, tenemos un abogado ante el Padre, a Jesucristo el justo… Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros» (1ª Juan 2:1; 1:10).

Georges Doumat B.

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1 ISRAEL ES EL 8° PAÍS MÁS PODEROSO DEL MUNDO. Israel se clasificó como el octavo país más poderoso del mundo, según el ranking de la revista US News y World Report en 2019. El ranking de poder se basó en el liderazgo, la influencia económica, la influencia política, la alianza internacional y un ejército fuerte. Este ranking formó parte de una subcategoría del ranking anual de Mejor País de US News. Israel recibió un alto rango debido a su fuerte ejército, junto con su fuerte influencia política y alianzas internacionales. Los que creemos en el Dios de la Biblia, el Señor de Israel, sabemos que muy pronto esa nación será la única potencia en el mundo, cuando el Mesías Jesús se siente en su trono en Jerusalén a reinar por mil años.
2 WORLD WIDE WEB CUMPLE 30 AÑOS. El 12 de marzo arribó a su 30 aniversario la web. Mucha gente confunde la web con internet. Pero internet ya existía antes que la web. Normalmente, cuando visitas una página web, la dirección comienza con tres letras: WWW. Son las siglas de World Wide Web (o web). Internet es una inmensa red de computadoras alrededor de todo el mundo conectadas entre sí. En cambio, la web (la World Wide Web) es una enorme colección de páginas que se asienta sobre esa red de computadoras.
3 LO DIJO Xenócrates: “Me he arrepentido muchas veces de haber hablado; jamás de haber callado”.
Y la Biblia DICE: “Por eso, amados hermanos míos, todos ustedes deben estar dispuestos a oír, pero ser lentos para hablar y para enojarse… Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer” (Santiago 1:19, 1ª Corintios 1:10. RVC/RV60).

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