[quote arrow=»yes»]«Él ha visto lo bueno, lo malo y lo feo de mí y lo ha usado todo para traerme al lugar donde estoy hoy»[/quote]
(I am second – Verdad y Vida).-
La vida de Remi Adeleke ha tenido sus altos y bajos. Él mismo la cataloga como una «montaña rusa». Remi es conocido por su actuación en la película «Transformers», pero sus inicios se remontan a uno de los barrios más peligrosos de Nueva York, EE. UU: el Bronx.Desde niño se interesó en las películas y solía ir al cine con su mamá y su hermano «era una manera de escapar de la realidad y penetrar en este nuevo mundo a través de la película», explicó Adeleke. En una oportunidad, fuimos a ver una película llamada «Chicos malos», estaba dirigida por Michael Bay, «fue la primera vez que veía que los héroes de la película eran como yo [de color], que no actuaban como pandilleros, asesinos ni vendedores de drogas, sino que su papel era el de los héroes que corrían y salvaban a las personas», dijo.Un año después, la película «La roca» salió, también dirigida por Michael Bay. «Esa fue la primera vez que supe el trabajo de la Navy Seals (una división de operaciones especiales de la Naval norteamericana). Y estaba sorprendido por la presentación de estos hombres que salían del agua, iban a donde debían ir para sacrificarse ellos mismos y poder salvar a otros. Eso llegó a mi corazón y pensé que si alguna vez quisiera cambiar mi vida, a eso me dedicaría», aseguró Remi.
El pasado
«Desde que era niño siempre quise controlar todas las cosas. Cuando quería algo, hasta atravesaba paredes si era necesario. Siempre sentí que yo era quien tenía que hacer todas las cosas en mi vida, si quería algo, yo debía buscarlo, si quería que algo pasara, yo debía propiciarlo. Era muy difícil para mí confiar en las personas o confiar en cualquier cosa que no fuera yo», confesó.En su lugar de crianza, Remi sufrió lo que todo joven de color ha batallado desde su existencia: el racismo. «A través de la cultura y la música era constantemente bombardeado con este mensaje que decía: ‘eres un joven de color, debes ser violento, un criminal, un vándalo’, y como no tenía un modelo masculino positivo que me dijera lo contrario, que me dijera: ‘no, esto no es lo que un verdadero hombre es’; comencé a robarle a mi mamá sacando el dinero de su cartera, de allí pasé a ser tramposo y hacía negocios fraudulentos, hasta que comencé a vender drogas».Luego, «cuando mi papá murió comencé a hacer muchas cosas, todo lo que me ayudara a satisfacer o llenar el vacío que mi papá había dejado, que me enseñara a ser un hombre», reconoció. Adeleke tuvo un entrenamiento como actor y en algún momento una profesora de actuación que se encargaba de viajar por el mundo, conocer culturas, adquirir conocimientos y experimentar diferentes situaciones para luego poder catalogarlas y enseñarlas a los nuevos actores para que ellos puedan asumir los diferentes papeles que les propongan. Eso le ayudaba a cubrir el vacío de la muerte de su padre.
Tiempo de cambios
Un día Remi estaba acostado en su cama y sintió la presión de enlistarse en el ejército, «era una voz, algo me empujaba a irme con los militares, necesitaba irme de Nueva York y unirme al ejército», dijo.En el 2002 se enlistó en la Naval, en la división de operaciones especiales Seals, que años atrás había impactado su corazón y contó que «no hay muchos trabajos donde a uno le paguen por saltar de aviones, perseguir a los malos y proteger a quienes no pueden protegerse. Esencialmente esa persona debe enfrentarse a los malos y proteger a los indefensos», aseguró.En el 2008, en Alaska, Remi fue a un entrenamiento para «sobrevivir en climas fríos» y «mientras caminaba rodeado de tanta naturaleza y de tanto silencio, tenía el tiempo de reflexionar sobre mi persona. Pensaba en cómo había tratado a mi mamá, a las personas que yo decía que amaba, pensaba en las cosas que había hecho en el pasado… todavía anhelaba tener un padre».En ese punto, en medio del silencio y la soledad, su pasado le alcanzó, ya no podía dormir y tuvo, en muchas ocasiones, pensamientos suicidas, «estaba en el punto más bajo de toda mi vida».
Un grito al cielo
«Yo no sabía nada sobre la Biblia, nunca había sido un hombre de fe, confiaba en mí mismo y nadie más, pero allí comencé a gritar en medio del llanto, pidiéndole a Jesús que me ayudara», dijo Adeleke sobre el punto en que llegó otro cambio a su vida.«comencé a rodearme de cristianos que no solo leían la Biblia, sino que realmente la vivían y así comencé a orar y a estar en su presencia, hacer las cosas por Él y para Él. Decidí dejar la vida que tenía y vivir una nueva vida con Cristo. Mi vida cambió drásticamente», agregó.
Prueba de fe
Así como Remi sintió en aquel momento que debía enlistarse en la naval, nuevamente sintió que ya ese tiempo había terminado, «sentí que Dios me estaba indicando que era tiempo de salir, era el tiempo de seguir adelante porque Él tenía algo más para mí».Sin trabajo, Remi no sabía cómo iba a pagar sus cuentas, también había estado involucrado en dar charlas y conferencias, pero nadie lo llamó para ofrecerle una oportunidad. Los nervios comenzaron a atacarle, la inseguridad, cómo sobrevivirían, si solo tenían ahorro para un aproximado de seis meses de provisión.En ese momento, su esposa estaba embarazada con su primer hijo. «estábamos viviendo con lo justo, esperando cada pago para poder volver a comprar algo de comida y pagar las cuentas. Teníamos problemas financieros y para completar, también entre nosotros como matrimonio y era tan fuerte que ambos pensamos en el divorcio como una opción».«Nada estaba funcionando, nada salía como yo creía que iba a salir, y cuando eso pasó, me sentí frustrado y me molesté con Dios porque cuestioné lo que me había dicho sobre salirme de la naval… pero el Señor no me respondía, solo había silencio», dijo.
Dios tiene el control
En esos días, recibió una llamada de una señora con quien había trabajado hacía unos años, ella lo había contratado para un papel en un programa de televisión. Le ofreció un papel como «extra» en una película, solo debía durar cuatro días, pero jamás pensó que la película era una tan taquillera: Transformers. Dos semanas después lo volvieron a llamar para que filmara por tres semanas más. En ese tiempo comenzó a recibir líneas de diálogo de parte del director y Remi se sorprendía porque lo habían llamado para hacer otro tipo de papel. Le informaron que el director quería darle un papel de mayor nivel, y él aceptó inmediatamente… el director era Michael Bay, «el mismo que me había inspirado a ser parte de los Seals», recordó.Hoy Remi entiende que durante toda su vida Dios siempre estuvo presente y que solo el Señor tiene el control de su vida, «Él ha visto lo bueno, lo malo y lo feo de mí y lo ha usado todo para traerme al lugar donde estoy hoy», concluyó.Remi y su esposa Jessica no se divorciaron, están felizmente casados y tienen dos hijos: Cayden y Caleb.◄