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El mensajero de Dios en tiempos de prueba

[quote]Una palabra de Dios para el pueblo venezolano[/quote]

«Oh Yahweh, he oído tu palabra, y temí. Oh Yahweh, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia» (Habacuc 3:2).

El profeta Habacuc ejerció su ministerio como mensajero de Dios en un tiempo difícil donde la injusticia, la violencia y la impiedad o falta de temor a Dios se encontraban en todo lugar. Era un tiempo de corrupción política, moral y ministerial.
El nombre Habacuc significa «uno que se aferra». El nombre del profeta confirma que en medio de toda la situación que vivió se aferró a Dios y su fidelidad.
El libro de Habacuc muestra como vivir por Fe y permanecer aferrado fielmente a Dios en medio de la prueba.

1 Clamar en oración
“Oración del profeta Habacuc, sobre Sigionot” (Habacuc 3:1).
La palabra «Siginiot» es el plural de «Sigaión» que significa «clamar de voz en cuello».
El clamor debe ser con oraciones de reconocimiento y confesión de pecados. Humillarse ante Dios y pedir misericordia y restauración.
No deben ser decretos o declaraciones como dando órdenes. No es tiempo de ordenar y decretar, es tiempo de humillarse ante Dios. Es tiempo de dejar a un lado la soberbia y someterse al Señor.

2 No ignorar la profecía
«Oh Yahweh, he oído tu palabra».
El profeta recibió el mensaje de Dios. Habacuc clamó a Dios por su intervención en la situación y la respuesta del Señor fue que traería juicio a Judá. El oráculo era la profecía sobre juicio de Dios a la nación que estaba en pecado.
En Venezuela durante las décadas de los años 80 y 90 varios predicadores proclamaron mensajes de lo que Dios les mostraba que acontecería en el país. Muchos cristianos fueron testigos y escucharon mensajes como:
«Una bota militar gobernará en Venezuela». «Venezuela se tiñe de rojo». «Habrá dinero pero no habrá alimentos que comprar». «Compren velas y linternas porque toda Venezuela quedará a oscuras». «Una invasión de militares con cascos azules» y muchos otros mensajes que para el tiempo en que se dijeron fueron catalogados como locuras, pero en la actualidad vemos su cumplimiento y otros son una latente amenaza.

3 Un llamado a la santidad
«Y temí».
El conocimiento que tenía el profeta, lo que Dios le había revelado que haría para juzgar el pecado de toda la nación, provocó en Habacuc un temor santo ante la soberanía de Dios.
Cada cristiano está llamado a vivir en santidad, aborreciendo el pecado y teniendo reverencia hacia el Señor.
La Iglesia debe aborrecer la corrupción, la injusticia, la inmoralidad y todo lo que se opone a los principios establecidos por Dios en su Palabra.
La corrupción en Venezuela ha llegado al colmo, ya que no solo los gobernantes, políticos, funcionarios públicos, militares y policías practican la corrupción; sino también el ciudadano común comete actos de infracción de la ley, muchos comerciantes y empresarios cometen usura sin importar la necesidad de otras personas.
En el país para todo trámite o gestión de documentos hay mafias y para todo hay que pagar. Inclusive muchos cristianos que han visto la oportunidad de sacar provecho a la situación se han convertido en bachaqueros, practicando así la injusticia y el pecado de usura y ofreciendo la mercancía inclusive en los locales de iglesias.
Muchos ministros llamados al servicio del Señor se han corrompido al desviarse de la sana doctrina, cambiando la pureza del evangelio al ceder a las tentaciones de la fama y el dinero.

4 No olvidar la promesa de avivamiento
«Oh Yahweh, aviva tu obra en medio de los tiempos».
El profeta Habacuc pidió un avivamiento, es decir pidió que volviera a dar vida o reavivara la obra del Señor en medio de los tiempos de juicio.
Un avivamiento es resucitar lo que está muerto. En Judá debía resucitarse el culto al Señor y la obra de Dios en esa nación. El profeta clamó para que Dios, como lo había hecho en otros tiempos antiguos, trajera liberación y salvación a su pueblo escogido por medio de su poder.
Si se escudriña en la Biblia los avivamientos que experimentó el pueblo de Israel y se investiga la historia de los avivamientos de la Iglesia, podrán observar que todo arrepentimiento genuino provocó un avivamiento.
No puede haber verdadero avivamiento si primero no hay arrepentimiento.

5 Un avivamiento sin precedentes
«En medio de los tiempos hazla conocer».
El profeta, aunque tenía la revelación de Dios sobre el juicio que venía para Judá, pidió al Señor que mostrara su Gloria y diera a conocer su Majestad en medio de la difícil situación.
En el tiempo más difícil de la historia contemporánea de Venezuela, el Señor se glorificará y la Iglesia debe predicar y vivir el genuino evangelio en el poder del Espíritu Santo.
Es tiempo para que la Iglesia predique a Cristo, es tiempo de llamar al arrepentimiento, es tiempo de crecer, es tiempo de comunicar esperanza, es tiempo de plantar iglesias, es tiempo de hacer discípulos, es tiempo de ir a las naciones.
En el tiempo más difícil de Venezuela saldrán a las naciones los enviados del Espíritu Santo.

6 En medio del juicio Dios manifiesta su misericordia
«En la ira acuérdate de la misericordia».
Aún en tiempos difíciles, en tiempos de prueba, el Señor manifiesta su misericordia. Dios preservó a su pueblo en la esclavitud de Egipto y en medio de esa situación crecieron. También el pueblo de Dios fue preservado en la cautividad en Babilonia.
En Venezuela la Iglesia crecerá aún en tiempos de prueba. Los cristianos que permanezcan fieles a Dios y su Palabra serán preservados. El Señor probará los corazones y la fidelidad. La provisión de Dios no faltará al remanente fiel.

7 Vivir por Fe
«He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá» (Habacuc 2:4).
Aquí «vivir por fe» no es lo que muchos cristianos piensan sobre vivir de las ofrendas y diezmos como provisión de Dios. Vivir por fe es vivir confiando en Dios y su Palabra.
«He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece», se refiere a quienes al contrario no confían en Dios, sino en sí mismos, en el dinero, en ideologías, en líderes y otras cosas.
Muchos en Venezuela confiaron en los altos precios del petróleo, confiaron en ideologías políticas, confiaron en la izquierda o en la derecha, confiaron y hasta idolatraron a un líder político inclusive otorgándole calificativos y atributos que solo Dios merece y tiene.
Es lamentable que muchos líderes cristianos usaron el púlpito y las plataformas para parcializarse por alguna posición política sea de derecha o de izquierda.
También es lamentable que aun Venezuela espere a un tipo de «Presidente mesías» que solucionará los problemas y acabará con la crisis del país.
«Mas el justo por su fe vivirá».
Vivir por fe sugiere tener convicción en el Señor y su Palabra. El cristiano debe permanecer fundamentado en Cristo y fiel a Dios en medio de la aflicción y la prueba.

George Laguna
Pastor y comunicador
georgelaguna@gmail.com

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